Director: Rogelio López Blanco      Editora: Dolores Sanahuja      Responsable TI: Vidal Vidal Garcia     
  • Novedades

    Wise Up Ghost, CD de Elvis Costello and The Roots (por Marion Cassabalian)
  • Cine

    La familia Fisher y los muertos. Aproximación a A dos metros bajo tierra (por Alejandro Lillo)
  • Sugerencias

  • Música

    Pecados y milagros, CD de Lila Downs (por Marion Cassabalian)
  • Viajes

  • MundoDigital

    ¿Realmente hay motivos para externalizar la gestión de un website?
  • Temas

    El agua en el mundo
  • Blog

  • Creación

    El Incendiario, de Miguel Veyrat
  • Recomendar

    Su nombre Completo
    Direccción de correo del destinatario
Takashi Sasaki: <i>Fukushima. Vvivir el desastre</i> (Satori, 2013)

Takashi Sasaki: Fukushima. Vvivir el desastre (Satori, 2013)

    TÍTULO
Fukushima. Vvivir el desastre

    AUTOR
Takashi Sasak

    EDITORIAL
Satori

    TRADUCCCION
F. Javier de Esteban Baquedano

    OTROS DATOS
ISBN: 978-84-941125-3-9. Gijón, 2013. 332 páginas. 22 €



Takashi Sasaki

Takashi Sasaki

Ana Matellanes García

Ana Matellanes García


Reseñas de libros/No ficción
Fukushima. Vivir el desastre, de Takashi Sasaki (Satori, 2013)
Por Ana Matellanes García, miércoles, 16 de octubre de 2013
El 11 de marzo de 2011, a las 14:46 horas, Japón sufrió un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter y, apenas una hora después, un tsunami de 38 metros de altura que destruyó parte de la costa este del país, llevándose más de 15.000 vidas y dejando más de 3.000 desaparecidos. Además, el tsunami afectó a la central nuclear de Fukushima Daiichi, provocando uno de los mayores desastres nucleares del país.

A unos 25 kilómetros de la central nuclear, en la población de Minamisōma, dentro de lo que el gobierno nipón denominó la “zona de exclusión”, un profesor de español jubilado, Takashi Sasaki (Hokkaido, 1939), decidió narrar en su blog Monodiálogos su día a día y el de su ciudad. Su blog registró desde entonces miles visitas y recibió el apoyo de lectores de todas partes del país, además del de amigos de otros lugares del mundo.

Una experiencia tan valiosa como la de este profesor nipón necesitaba ser difundida fuera de Japón. Por ello, la editorial especializada en cultura japonesa Satoriha querido publicar Fuskushima. Vivir el desastre, un volumen que recoge las mejores reflexiones de este profesor especialista en Unamuno, quien, con humor y mucho sentido común, explica la vida en una ciudad casi fantasma (el 80% de sus 30.000 habitantes la abandonó poco después del desastre) y las dificultades a las que tuvo que enfrentarse durante los primeros meses tras el accidente nuclear.

Con la inmediatez que supone la escritura en una bitácora, el profesor Takashi Sasaki plantea diversas cuestiones que se derivan de un desastre de la magnitud del terremoto y del tsunami acontecidos en 2011. La principal virtud de la escritura de Sasaki es su sencillez y claridad, en la que se analizan aspectos que van más allá de lo local y que demuestran que sus reflexiones y críticas sobre la desinformación de los medios de comunicación, las promesas incumplidas de los gobernantes, los efectos del desastre en la vida cotidiana y las propias reflexiones sobre la identidad y el futuro energético de su país son universales y pueden interesar a lectores de todo el mundo.

Críticas y reflexiones sobre un país paralizado

Uno de los principales blancos de las críticas del profesor Takashi Sasaki a lo largo de sus “monodiálogos” es la desinformación y el sensacionalismo que los medios de comunicación nipones desarrollaron durante los primeros meses tras el desastre. El análisis de Sasaki es directo y no utiliza “paños calientes” para criticar a los medios de comunicación en general y a la televisión en particular: su manera de hablar del desastre y de la situación de las zonas afectadas fue para él parcial e inexacta. Así, en una entrada del 29 de marzo indica: “…me gustaría que la televisión difundiera una vez cada hora, valiéndose de gráficos de líneas u otros métodos que permitan comprobar su evolución, los tres datos a los que siempre me refiero (radioactividad ambiental, radioactividad en el agua potable y dirección de los vientos en la región de Tōhoku). Son informaciones imprescindibles para quienes estamos aquí.” (1) Así, para el autor es importante que se transmita la realidad mediante datos, desterrando el sensacionalismo de las informaciones.

Por otra parte, los políticos y responsables de la central nuclear de Fukushima Daichii también son zarandeados en su ineptitud y lentitud para dar respuesta a las necesidades inmediatas de los ciudadanos. La desorganización y la exigencia de responsabilidades son aspectos que aparecen de manera reiterada en las entradas de Sasaki: “…el terremoto ha desenmascarado a auténticos monigotes que se encontraban en muchos puntos de nuestra sociedad, que eran pura fachada, que guardaban hábilmente las apariencias, pero que, llegada una situación tan crítica como esta, han resultado ser unos ineptos y unos irresponsables, incapaces de mover un dedo sin recibir instrucciones de su aparato organizativo o del gobierno.” (2)

En esta línea, Sasaki expone en diversas ocasiones que los políticos y gobernantes distorsionan el concepto del verdadero patriotismo, que el profesor desvincula de lo institucional: “…el verdadero patriotismo no es la lealtad hacia un Estado, sino la profunda añoranza hacia la tierra y la sangre de los ancestros, el sentimiento de profundo cariño hacia estas cosas.” (3)

Pero quizá uno de los aspectos más interesantes del conjunto de reflexiones que componen Fukushima. Vivir el desastre es el curioso juego de diálogo consigo mismo que el autor utiliza para reflexionar sobre las cuestiones más diversas valiéndose de la segunda persona del singular, expresando de esta manera una suerte de dualidad del individuo con la que Sasaki, siendo uno de los principales especialistas de Miguel de Unamuno en Japón, muestra la inevitable conexión con el filósofo español. No obstante, que nadie piense en un texto introspectivo plomizo. El análisis de sí mismo y de la posición que ocupa en el mundo no está exenta de cierta ironía, y a menudo el autor resta peso a su condición de reflexivo profesor jubilado: “Es el enfado de un abuelete de setenta y un años, exhausto de fuerzas, y que además es un verdadero principiante en todo, menos en eso de vivir con toda el alma. Un abuelete de inteligencia media o quizás inferior al promedio que tilda de tontos a gobernantes y a la elite científica.” (4)

Fukushima. Vivir el desastre es un magnífico ejemplo de cómo la información en los tiempos de Internet viaja mucho más rápido y es mucho más honesta que la de los medios de comunicación tradicionales gracias a la labor de los pequeños cronistas. No serán profesionales, pero su punto de vista es necesario para comprender una realidad calidoscópica y compleja que los medios de comunicación no siempre consiguen abarcar.

De este modo, la experiencia del profesor Takashi Sasaki es muy válida y sus entradas se leen con avidez gracias a su inteligencia, su sentido común y, en muchos casos, su ironía y humor. La necesidad de escribir y contar como afectado un desastre de la magnitud del terremoto, el tsunami y el desastre nuclear tiene como motor la necesidad de plasmar por escrito esta experiencia. El profesor Sasaki lo resume de manera clarividente: “en realidad, escribiendo, trato por todos los medios de obtener mi fuerza vital, mi ritmo, dentro de un día a día que, si no escribiera, se derrumbaría ante mis ojos. Dicho de forma más aparente, el escribir como equivalente del vivir”. (5)

NOTAS
(1) Takashi Sasaki, Fukushima: vivir el desastre, Gijón, Satori, 2013, página 63.
(2) Ibidem, página 110.

(3) Ibidem, página 78.

(4) Ibidem, página 79.

(5) Ibidem, página 261.

  • Suscribirse





    He leido el texto legal


  • Reseñas

    María Zambrano ante el sueño de España: Obras Completas III (por Marta López Vilar)
  • Publicidad

  • Autores