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José Fernando Siale DJangany: En el lapso de una ternura (Ediciones Carena, 2011)
José Fernando Siale DJangany: En el lapso de una ternura (Ediciones Carena, 2011)
Ficción
“Malabo es desde tiempos inmemoriales un caldo multicultural. Muchos recién arribados son reacios a los extranjeros, tienen miedo del que viene por ahí. Pero el verdadero santaisabelino, el malabeño de pura cepa, es un hombre abierto al extranjero, no le odia ni le teme, ni lo desprecia, lo único que le exige es que no se comporte como conquistador.” (página 141)

No recuerdo si yo estaba en los ocho o nueve años, ni si era la primera vez que a mi padre le asignaban un ayudante. Pero debió ser un acontecimiento importante porque un buen día él pasó del “y qué quieres que te cuente” con que por la noche colmaba las preguntas de mi madre a propósito de la dura jornada de trabajo en la obra soldando con “la autógena”, acarreando radiadores y tuberías, a una prolija historia de la que solo he podido amarrar a la memoria unos pocos datos: su ayudante se llamaba Roberto, era un muchacho negro, y venía de Guinea Ecuatorial.

Un puente sigiloso. Una lectura de “Lo que dijimos nos persigue” (Pre-Textos, 2013), de Nikola Madzirov
Nikola Madzirov: Lo que dijimos nos persigue (Pre-Textos, 2013)
Ficción
Toda conmoción es regreso. Y la poesía es, a veces, esa vocación de ponerle rostro a la historia. La mirada del creador siempre es perpleja, la del que busca las preguntas adecuadas. Buen ejemplo de ello se encuentra en el libro Lo que dijimos nos persigue (Ed. Pre-textos. Valencia, 2013), del poeta macedonio Nikola Madzirov (Strumica, 1973), del que hablaré en las próximas líneas.

Henry y Cato, de Iris Murdoch (Impedimenta, 2013)
Iris Murdoch: Henry y Cato (Impedimenta, 2013)
Ficción
La novela número dieciocho de la escritora irlandesa Iris Murdoch, Henry y Cato, acaba de ser publicada por la editorial Impedimenta, tras unos frustrados intentos de recuperar su obra por parte de las editoriales Lumen o Alianza. Una excelente oportunidad para descubrir el peculiar universo narrativo de una autora casi olvidada pero de una enorme riqueza literaria e intelectual.

Este no es mi bombín (milrazones, 2013), de J. Klassen, un tractatus ironicus
Jon Klasssen: Este no es mi bombín (milrazones, 2013)
Ficción
Es probable, y más que probable, que dentro de todos nosotros perviva una vieja herida a medio cicatrizar, situada allá en la lejana infancia. Nos referimos a algo sucedido poco después de adquirir la habilidad del lenguaje en su función más básica: la conativa o apelativa. Hubo un tiempo feliz en que descubrimos que decir “agua” equivalía a obtener agua o en el que decir “no” bastaba para imponer nuestras primeras negativas. Poco después, algún aciago día, llegó el desengaño y la rabia: por más que gritamos “mamá” en la guardería, mamá no apareció (al menos hasta cuatro horas después, una eternidad en la que nos dio tiempo incluso a distraernos y divertirnos un rato). El asunto es que mamá no apareció cuando queríamos, luego la palabra no es la cosa, ni siquiera la inmediatez de la cosa, sino una promesa ambigua teñida de esperanza y a menudo inoperante ante los tozudos hechos. Remedando a Wittgenstein, puede que los límites de mi lenguaje sean los límites de mi mundo, pero no los del mundo pensado a mi gusto, y en todo caso serán unos límites conflictivos porque el lenguaje de cada cual está minado por sueños y deseos íntimos ante los que el mundo suele mostrarse indiferente. De ahí la gran ira infantil. Principio de placer y principio de realidad, que diría el viejo Freud. De todo esto trata Este no es mi bombín, de Jon Klassen.

Juan Jacinto Muñoz Rengel: El sueño del otro (Plaza y Janés, 2013)
Juan Jacinto Muñoz Rengel: El sueño del otro (Plaza y Janés, 2013)
Ficción
Como no he consultado a ese big brother del conocimiento inmediato que es la red, no sé si la trepanación del cráneo tiene como fin reducir la presión intracraneal originada por una acumulación excesiva de líquido bulborraquídeo o por una inflamación de la masa encefálica. En cualquier caso, y en términos de presión, El sueño del otro, de Juan Jacinto Muñoz Rengel, bien podría ser una muy necesaria trepanación en el cráneo social con resultado de evacuación del miasma que nos quieren hacer pasar por realidad y administrarnos en dosis no precisamente homeopáticas. Página 59: “Había dos órdenes de cosas, las que parecían regirlo todo y las que de verdad lo regían. La realidad, la auténtica realidad, siempre es invisible”. Íbidem: “Le parecía mentira que todas aquellas personitas que caminaban como si fueran a alguna parte todavía no supieran cómo de verdad era el mundo en el que vivían”.

Los habitantes del bosque, de Thomas Hardy (Impedimenta, 2012)
Thomas Hardy: Los habitantes del bosque  (Impedimenta, 2012)
Ficción
Resulta incomprensible que una novela como Los habitantes del bosque (The Woodlanders, 1887), escrita por uno de los pesos pesados de la literatura, Thomas Hardy (1840-1928), haya permanecido inédita en castellano hasta ahora. Nada menos que 125 años han tenido que transcurrir para que una editorial española, Impedimenta, haya tenido el acierto que publicar una de las grandes obras del poeta y escritor inglés. Cuesta entender las razones pero, al menos, ya podemos disfrutar de esta novela con mayúsculas, Gran Literatura basada en la capacidad de construir texturas y pasajes evocadores y en el robusto trazo de sus personajes. Tiene razón Pilar Vera en su texto publicado en el Diario de Cádiz (1) al afirmar que es una “pretensión insana” el querer reseñar a un gigante como Thomas Hardy. Un autor de esta estatura te hace acercarte a su obra con cautela y humildad, pero su novela bien merece el intento.

Roberto Arlt: El criador de gorilas (Ediciones del Viento, 2012)
Roberto Arlt: El criador de gorilas (Ediciones del Viento, 2012)
Ficción
“En aquella ciudadela amurallada, de calles tortuosas, de sinagogas sombrías, de mezquitas con ciegos en los pórticos y de freidurías de pescado, en cierto modo era ventajosa una mala reputación. En África, sin honradez, se puede llegar a alguna parte”.

Mi pésima reputación de comentarista escasamente leído y por tanto poco fiable, sí que va a caer enteros cuando le diga que al argentino Roberto Arlt solo le conocía dos relatos publicados en uno de aquellos libritos de Alianza Cien que por veinte duros o 100 pesetas ponían al alcance del lector perezoso y tieso de dinero, breves, pero grandes obras literarias.

Insistencia en el canto. Una lectura de Epitafio / 18 Cantares de la patria amarga, de Yannis Ritsos
Yannis Ritsos: Epitafio / Dieciocho cantares de la patria amarga (Point de Lunettes, 2013)
Ficción
Se canta lo que se pierde, escribía Antonio Machado a Guiomar, esa idea de amor que deshizo la guerra. El poeta griego, Yannis Ritsos (1909-1990), no dejó nunca de cantar a la vida, consciente de que era ése el horizonte que se perdía bajo la epidermis del siglo pasado.

Honor, gestas y eternidad en el antiguo Japón: El samurái barbudo, de Kōda Rohan (Satori, 2012)
Kōda Rohan: El samurái barbudo (Satori, 2012)
Ficción
La Restauración Meiji (1868-1912) fue para el Japón de finales del siglo XIX una época de apertura no sólo en el ámbito social, económico o político, sino también en el cultural. Tras siglos de aislamiento, el país nipón abrió sus fronteras a las influencias occidentales, iniciando un vertiginoso recorrido hacia la modernización en todos los frentes. En las letras niponas esas influencias se tradujeron en una corriente literaria integrada por autores dispares a los que unía sin embargo una voluntad de examinar el mundo desde nuevos puntos de vista, valiéndose para ello de una mayor libertad creativa para adoptar técnicas, usos y temas propios de la cultura europea, aunque sin abandonar rasgos propios de la identidad japonesa. Así, nombres como Yasunari Kawabata, Ryūnosuke Akutagawa, Natsume Sōseki o Junichiro Tanizaki, autores afortunadamente ya familiares entre los lectores en lengua española, forjaron una obra que dinamitó las bases de la “literatura del aislamiento” de siglos anteriores. Sin embargo, no todos sucumbieron ante la seducción occidental. Muchos autores continuaron cultivando temas y modos de la tradición literaria nipona, como es el caso de la colosal figura de Kōda Rohan (1867-1947), un escritor que apostó por temas clásicos pero sin perder por ello su modernidad.

Flores que esperan el frío de Esther Muntañola
Esther Muntañola, Flores que esperan el frío (Trea, 2012)
Ficción
Siempre acostumbro a encontrar un título que acompañe a mis palabras. Esta vez confieso que ha sido imposible. Son dos los motivos que me lo han impedido. El primero, el libro del que vengo a hablar es uno de los que mejor se amoldan al título que la autora le ha dado. El segundo, porque hacía mucho tiempo que no leía un libro con un título tan hermoso. Las flores esperan el frío. Mucha delicadeza hay en esas palabras, mucho tránsito tibio que espera ser borrado alguna vez. Confieso que leer Flores que esperan el frío es descubrirse en la belleza, en medio de ella, con todo lo que de atroz puede llegar a tener. También confieso mi alegría por que la voz de Esther Muntañola (Madrid, 1973) haya llegado de nuevo a las librerías. Su voz poética no es de estruendos ni exhibiciones, parece escondida en el silencio que sólo la buena poesía tiene. Por ello, sus largos silencios entre libro y libro (su anterior libro es de 2003, titulado A favor del aire) hace que se intuya ese trabajo poético honesto que tanto necesita el panorama poético, pero no se deja de echar de menos sus versos.

Tres maneras de estar sola: Mascha Kaléko
Mascha Kaléko: Tres maneras de estar sola (Renacimiento, 2012)
Ficción
La patria más antigua es la palabra. La soledad es esa sensación de orfandad que deja la ausencia de lenguaje. Por ello, las encarecidas llamadas de Homero a las musas pidiéndoles palabras. Mascha Kaléko (1907-1975) perdió esa patria huyendo del nazismo, y esa consciencia del lenguaje irrecuperable constituye el corazón de su poética. Así lo muestra en su poema “En un banco”: Ya que no jugué aquí los juegos infantiles, / nunca sentí la más profunda patria de la lengua/ en palabras, como pretenden los que sueñan. De ella hablaré en esta reseña, que versa sobre la reciente antología, publicada por la editorial Renacimiento, de su obra: Tres maneras de estar sola, traducida y prologada por la poeta gaditana Inmaculada Moreno.

Amable Arias: La mano muerta (Lobo Sapiens, 2012)
Amable Arias: La mano muerta (Lobo Sapiens, 2012)
Ficción
Es frecuente atender a quienes muestran sus quehaceres en los medios de comunicación, a quienes empeñan su tarea en ser conocidos y citados; también es frecuente ignorar a los creadores atentos a su obra y ajenos a la inmediatez, su urgencia se centra y se cifra en desvelar los interiores de la materia y los propios, en hacer metafísica. Los primeros dicen que hacen “patria” pensándose a sí mismos, ensimismados; los segundos, y sin darse cuenta, construyen “matria”, un ámbito nutriente y sustancial, un hábitat que genera humus, que obliga a mirar hacia adentro, - hacia la tierra-, y hacia el futuro, -la utopía negada, mas posible-.

Una extraña historia al este del río, de Nagai Kafū (Satori, 2012)
Nagai Kafū: Una extraña historia al este del río (Satori, 2012)
Ficción
La literatura del escritor japonés Nagai Kafū se parece, en cierta manera, al ámbar en el que quedaron atrapados insectos hace millones de años. Su obra cristaliza los vestigios de un Japón que languidecía ante sus ojos arrollado por el empuje de la modernización del periodo Meiji, ese Japón de las geishas y los barrios de placer de Tokio, su ciudad natal, que le cautivaron durante toda su vida y que retrató con cierta nostalgia en muchas de sus novelas.

La maldición del deseo: Sensación de vértigo, de Ángel Rupérez (Izana Editores, 2012)
Ángel Rupérez: Sensación de vértigo (Izana Editores, 2012)
Ficción
Ángel Rupérez abandona de vez en cuando su acreditada obra poética para hacer incursiones en la novela. Ya lo hizo hace años con Vidas ajenas, novela que apenas pudo enfrentarse a los lectores puesto que el grupo editorial al que pertenecía Debate – el sello en que apareció - decidió, de la noche a la mañana, reconvertir esa marca distinguida de la narrativa española contemporánea en una editorial de libros de divulgación sobre los más variados temas. Por tanto, pocos pudieron acceder a aquel universo en el que se narraba la degradación y descomposición de unos seres humanos que tenían que enfrentarse irreversiblemente a su pasado, del que eran víctimas y contra el que poco podían hacer, porque la autodestrucción podía más que la voluntad de combatir la enfermedad de la infelicidad que les perseguía, como si esa fuera su irremediable condena. Era una novela muy jamesiana, como dijo de ella Ignacio Echevarría en Babelia, además de solvente y prometedora, según las propias palabras de ese crítico. Muy introspectiva, muy relato de una conciencia atormentada – la del narrador – que parecía querer salvar como fuera – sin conseguirlo - aquel edificio en ruinas de su total demolición.

Lola López Mondéjar:  Lazos de sangre (Páginas de Espuma, 2012)
Lola López Mondéjar:  Lazos de sangre (Páginas de Espuma, 2012)
Ficción
A propósito del libro de Lola López Mondéjar me he puesto a pensar en la sangre, y lo único que se me ha venido a la cabeza es lo importante que es (la sangre), que todo lo llena. Por aquí de vez en cuando hay quien utiliza “llenar” por “ensuciar”, pero yo me refiero al llenar de “estar presente”.

Y las cucharillas eran de Woolworths, de Barbara Comyns (Alba, 2012)
Barbara Comyns: Y las cucharillas eran de Woolworths (Alba, 2012)
Ficción
En literatura, la historia de un matrimonio se puede abordar de muchas maneras. Bastan un par de personajes y un buen punto de vista. El Barbara Comyns (Birdford-on-Avon, 1907-1992), una (desconocida) escritora inglesa inédita hasta ahora en español, es el de retratar la relación de una pareja desde un punto de vista entre naïf y humorístico, pero sin escatimar momentos dramáticos. Casarse, de alguna forma, es pasar definitivamente a la vida adulta, y para los protagonistas de Y las cucharillas eran de Woolworths este recorrido no es sino un camino de sinsabores.

Narrar el sentido de la vida: La cabeza en llamas, de Luis Mateo Díez (Galaxia Gutenberg, 2012)
Luis Mateo Díez: La cabeza en llamas (Galaxia Gutenberg, 2012)
Ficción
Aún quedan en España escritores que saben narrar de verdad. Una obviedad: no todo el que publica libros puede considerarse narrador. Para ser maestro en el arte de contar, hay muchos elementos en juego: desde el estilo hasta la textura de las historias, pasando por la perfección formal del lenguaje o la propia personalidad literaria del escritor. Hace tiempo que Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942) entró en esa categoría de maestros, de clásicos que precisamente por esa capacidad de narrar historias de la que muchos carecen en nuestros días se han ganado un nutrido grupo de incondicionales. Primera división narrativa en la que cada vez encontramos menos delanteros y más amateurs infiltrados.

Elisabeth Bowen: La muerte del corazón (Impedimenta, 2012)
Elisabeth Bowen: La muerte del corazón (Impedimenta, 2012)
Ficción
No sé si la pregunta, ¿Quién escribió La muerte del corazón? tendrá un plus dificultad que la predisponga a ser formulada en el dificilísimo “Saber y ganar” de La 2. Yo desde luego, (antes de leer la novela, claro está), habría respondido que es obra de Corín Tellado. A ver si me falta razón si digo que rezuma cierto tufillo a fotonovela, traducción palabra por palabra del original The death of the heart.

El mensaje del muerto, de Florence Marryat (Alba, 2012)
Florence Marryat: El mensaje del muerto (Alba, 2012)
Ficción
La editorial barcelonesa Alba nos tiene muy bien acostumbrados. A su catálogo de obras de ficción de textos y autores clásicos ha sumado este año Rara Avis, una nueva colección dirigida por el editor y escritor Luis Magrinyà con la que pretende recuperar rarezas y textos inéditos, y cuyos primeros títulos están siendo todo un regalo para los rastreadores de curiosidades literarias. Si bien es cierto que la colección se abrió con un texto japonés de Nagai Kafu, Geishas rivales, parece que la editorial se está decantando por joyas británicas que, para los que amamos la literatura inglesa, son todo un descubrimiento. Entre ellas se encuentra El mensaje del muerto (The Dead Man’s Message, 1894), de la escritora Florence Marryat (1833-1899), una novela que mezcla la fábula moral con lo sobrenatural y que supone una lectura de lo más sugerente en esta estación en la que los días se hacen más cortos y oscuros y en la que el tiempo invita a quedarse en casa.

Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson: un “nuevo” clásico de la literatura estadounidense del siglo XX (Minúscula, 2012)
Shirley Jackson: Siempre hemos vivido en el castillo (Minúscula, 2012)
Ficción
En un artículo publicado en 2010 titulado ”Is Shirley Jackson a great American writer?” Laura Miller, crítica de The New York Times Book Review, se preguntaba con motivo de la celebración por aquellas fechas de la tercera edición de los Shirley Jackson Awards (a la excelencia en “literatura de suspense, horror, y fantástica”), si la autora que daba nombre al galardón había alcanzado ya el estatus crítico que se correspondía con su talla como literata.

Zapatos, rutas y resacas: Canciones de la gran deriva, de Vicente Muñoz Álvarez (Origami, 2012)
Vicente Muñoz Álvarez: Canciones de la gran deriva (Origami, 2012)
Ficción
He leído con un interés creciente el poemario Canciones de la gran deriva de Vicente Muñoz, historias hiladas en sentimientos que nacen llanos y se entremezclan hasta conseguir emociones almizcladas, impresiones en la parte más gelatinosa de la memoria, a donde llegan como si, en ocasiones, fueran nuestras propias experiencias las que allí se narraran de forma tan poética, en jornadas interminablemente lentas, en rutas y caminos donde se vence a la realidad a través del sueño inquietante y el empeño, como si viviéramos un road-movie salpicado de sucia realidad y de tedio y de melancolía y de lucha, que se expande hasta el infinito incierto de esperanza en algo que aun no es dúctil pero que, sin embargo, ya se puede palpar. O al menos intuir su tacto.

Caída y auge de Reginald Perrin, de David Nobbs (Impedimenta, 2012)
David Nobbs: Caída y auge de Reginald Perrin (Impedimenta, 2012)
Ficción
Seguramente a muchos el título Caída y auge de Reginald Perrin les traerá a la memoria, más que la novela del escritor y guionista británico David Nobbs (1935), la célebre serie de televisión de la BBC de los años 70 en la que se narraban las surrealistas aventuras de un cuarentón con crisis de mediana edad que decide dar un giro a su monótona existencia y simular su propio suicidio para empezar, con una nueva identidad, a vivir (o revivir) una vida que anhela. Para aquellos que no tuvimos la oportunidad de disfrutar de las aventuras de Reggie Perrin y que no conocíamos el libro, se edita ahora, de la mano de Impedimenta, la primera novela de la trilogía del inefable personaje creado por David Nobbs, una divertidísima y enloquecida narración que encantará a los seguidores del humor británico más irónico y absurdo.

Extraña fruta entre las manos: Manzanas robadas (Visor, 2011), de Yevgeny Yevtushenko
Yevgeny Yevtushenko: Manzanas robadas (Visor, 2011)
Ficción
El paraíso se pierde en la infancia. Su pérdida es cicatriz abierta en el recuerdo. La larga trayectoria poética de Yevgeny Yevtushenko respira ese sobrecogimiento del niño descuidado al que sorprenden robando fruta. Podemos cotejarlo en la reciente antología de su obra publicada en España, Manzanas robadas (Ed. Visor, 2011). Los 47 poemas ofrecen un decorado amplio de las relaciones sociales bajo el manto del comunismo soviético, así como de las pulsiones amorosas del personaje poético que transita por esa historia.

Los ojos del tiempo: José Cereijo, Antología personal (Polibea, 2011)
José Cereijo: Antología personal (Polibea, 2011)
Ficción
Todo acto de escritura poética está precedido de una observación del mundo. Mirar lo que rodea, mirar lo que somos –si somos capaces- es lo que provoca la llamada de la escritura. Somos aquello que puede sobrevivir en la escritura. La poesía de José Cereijo sabe mucho de observación, es muy consciente de ella.
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    2 x intro: Patti Smith y un vestido color azafrán (por José G. Cordonié)
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