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viernes, 16 de enero de 2009
La librería de los escritores (Sexto Piso y La Central)
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[8961] Comentarios[0]
El librito del que hablo hoy trata de los primeros años de la revolución bolchevique y de sus consecuencias para un grupo de intelectuales, artistas, escritores y bibliófilos rusos. Entre 1918 y 1922, un grupo de intelectuales mantuvo abierta en Moscú, contra viento y marea, una librería en la que llegaron a poner a la venta sus propias bibliotecas personales, así como los libros que les iban llegando por parte de particulares, creando así un refugio para libros en mitad del caos

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Corría el año 1917 cuando los bolcheviques liderados por Lenin tomaron el poder en las principales capitales rusas, declarándole guerra abierta a la aristocracia, la burguesía, y clamando por la dictadura del proletariado. En octubre de ese año comenzó la fase decisiva de la Revolución Rusa, revolución que pasados no muchos años desembocó en el nacimiento de una de las dos superpotencias nucleares del siglo XX, la URSS.

Lo que quizá no muchos intuyeron en ese momento es que con la revolución bolchevique también daba comienzo uno de los ejercicios de poder totalitario más terribles y sangrientos del siglo XX en todo el globo. Unas décadas de terror y de indigencia moral y material que para muchos ciudadanos terminaron en los lejanos gulags siberianos.

El librito del que quiero hablar hoy aquí trata de los primeros años de la revolución bolchevique y de sus consecuencias directas para un grupo de intelectuales, poetas, artistas, escritores y bibliófilos rusos. Entre 1918 y 1922, un reducido grupo de intelectuales mantuvo abierta en Moscú, contra viento y marea, una librería en la que llegaron a poner a la venta sus propias bibliotecas personales, así como los libros que les iban llegando por parte de particulares, fruto de saqueos en casas de la burguesía o la aristocracia, o sencillamente pertenecientes a bibliotecas que poco a poco iban vendiéndose para que sus dueños pudieran llevarse algún mendrugo de pan a la boca.

Fue una librería que, por un lado, nutrió de obras prohibidas o censuradas por el nuevo régimen a los lectores más osados, valientes, heroicos o interesados del momento; y por otro, procuraba poner un poco de orden y concierto libresco en la radical estatización de todo que llevaron a cabo los bolcheviques.

Marina Tsvietáieva, Alexei Remizov y Mijail Osorguín: La Librería de los Escritores (La Central / Sexto Piso, 2007)

Marina Tsvietáieva, Alexei Remizov y Mijail Osorguín: La Librería de los Escritores (La Central / Sexto Piso, 2007)

Durante el periodo que permaneció abierta la librería moscovita, auténticas joyas de bibliófilo pasaron por las manos de los escritores-libreros, joyas por las que intentaban pagar los precios más elevados posibles por el bien de quien se veía en la necesidad de desprenderse de ellas, pero que en ocasiones no alcanzaban un valor real más allá de unas cuantas comidas o algo de combustible para alimentar las estufas.

Aquellas personas lograron crear un oasis, un refugio para los libros y sus amantes en mitad del sangriento y devastador caos revolucionario. Con su esfuerzo, con su propio riesgo personal y material, lograron que muchos libros sobrevivieran a la barbarie, y que muchos, muchos lectores anónimos pudieran seguir siéndolo de obras maestras y prohibidas, y no sólo de catecismos bolcheviques. Fue un milagro en una etapa en la que el libro estuvo a punto de sucumbir.

La pequeña historia de la librería, de sus fundadores y sostenedores, de algunos de los libros o bibliotecas que allí encontraron alojo temporal o definitivo, de algunos clientes/lectores de la misma, es lo que el lector en español de hoy puede leer en las páginas de este breve y hermoso libro, de esta pequeña joya editada por la mejicana Sexto Piso y la librería española La Central: La librería de los escritores.

Las páginas de este librito están escritas por el novelista Mijaíl Osorguín, una de las cabezas visibles de la heroica librería, aunque llevan también ilustraciones de Alexéi Rémizov, y algunas poemas de la gran Marina Tsvietáieva, dos esforzados colaboradores de la aventura libresca aquí apuntada.

Un libro indispensable para los amantes de los libros. Un libro indispensable para los amantes de la libertad.

***


 Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008), segunda parte de la trilogía Millennium, que se inició con el título, Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008).


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.


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