Algunos de los temas tratados en 
Somewhere suponen una nueva 
incursión de Sofia Coppola en su personal universo, temas insertos en una 
historia que a muchos recordará a la célebre 
Lost in 
Translation(2003). Pero también se esbozan muchas de las 
preocupaciones narrativas y estéticas que comparte con sus otros dos filmes, 
The Virgin 
Suicides (
Las vírgenes suicidas, 1999) y 
Marie 
Antoinette (
María Antonieta, 2006), convirtiendo a 
Somewhere en la evolución natural de su trayectoria. 
Las 
películas de Sofia Coppola se definen por sus espacios, en muchos casos 
símbolo de la vida impersonal y vacía de sus personajes. En este sentido, los 
hoteles son un 
símbolo recurrente en su filmografía. Así, en tres 
de sus películas la acción se desarrolla en un hotel: el Chateau Marmont de Los 
Ángeles de 
Somewhere, el hotel Hyatt Park de Tokio en 
Lost in 
Translation y el Palacio de Versalles que funciona como un exquisito y 
excesivo hotel para la 
Marie Antoinette de Kirsten Dunst. 
Espacios que 
no pertenecen a los protagonistas, en los que no existe ningún vínculo ni 
huella emocional y vital, espacios que ahondan y amplifican la sensación de 
alienación de su habitantes. Una suerte de 
purgatorio en el que los 
personajes esperan ese cambio que dará sentido a sus vidas. 
Dentro de 
esos espacios despersonalizados emerge otro de los intereses de Coppola: una 
especie de existencialismo “
light” que reivindica la soledad compartida, 
en la que nuestra conexión con la realidad se da a través de las relaciones con 
otras personas, como es el caso de Johnny Marco con la pequeña Cleo. Así, la 
importancia de la compañía de otros seres humanos para llenar el vacío de 
cada individuo se convierte en una seña de identidad, donde el sistema de los 
contrarios articula las relaciones de los personajes. Frente a la inactividad de 
Johnny Marco, la vitalidad e inocencia de Cleo. Frente al descreimiento y 
melancolía del Bob Harrys (
Bill 
Murray), la vitalidad e ingenuidad de Charlotte (
Scarlett Johansson) en 
Lost in Translation. Y, en 
The Virgin Suicides, la falta de 
contacto con otros seres humanos y la represión religiosa que fomenta su 
aislamiento. 
El concepto de farsa y representación parece ser otra de 
las preocupaciones de la directora. Al igual que Johnny Marco, el Bob de 
Lost 
in Translation es actor, y en otro plano la joven reina de 
Marie 
Antoinette se desenvuelve como una consumada actriz en la corte de las 
apariencias de Versalles, así como las chicas Lisbon de 
The Virgin 
Suicides, que tienen que aparentar y disimular ante sus estrictos padres una 
felicidad lejos de la realidad. La representación de un papel que esconde, en 
definitiva, su vacío. 
En definitiva, en 
Somethere Sofia Coppola 
vuelve a proponer una experiencia visual en la que se reflexiona de manera sutil 
sobre sus temas más característico y otros complementarios: por ejemplo, la 
condición de la fama y el mundo de Hollywood, donde la belleza y el exceso 
conviven con la monotonía y el aburrimiento, aderezado con alcohol y bailes 
privados. La mirada de Coppola oscila entre el punto de vista del actor 
desorientado y vacío y el de la pequeña Cleo, trazando un interesante juego de 
miradas entre ellos que basa su éxito en la excelente química entre los dos 
actores protagonistas. Y, entre las miradas, lo que el 
New York Times 
llama 
un estudio 
de la soledad dorada. Un nuevo retrato de la soledad y aislamiento de la 
sociedad actual.
Tráiler subtitulado en español de la película 
Somewhere, de Sofia Coppola (vídeo colgado en YouTube por 
PinkCarpetMagazine)