Es igualmente curioso que se considere a quienes se dedicaron a producir 
documentales como personas destacadas en la construcción del nazismo. En ese 
sentido conviene recordar que los ingenieros aeroespaciales que desde la base de 
Penemünde a orillas del Báltico se consagraron con la construcción de misiles de 
largo alcance para bombardear Londres fueron llevados a Estados Unidos para 
trabajar en la NASA. Ingenieros aeroespaciales como Wernher von Braun 
(1912-1977), creador del cohete Saturno que impulsó el Apolo XI hacia la luna, o 
Ernst Stuhlinger (1913-2008), no sólo recibieron la nacionalidad norteamericana 
sino que terminaron sus vidas enseñando en universidades estadounidenses. 
Para Leni Riefenstahl no hubo operación Paperclip, maniobra de los 
servicios de inteligencia americanos para sacar de la Alemania nazi a destacados 
científicos. Ella era, en cambio, una directora de cine nacida en 1902 en un 
barrio obrero de las afueras de Berlín. La capital de Alemania era entonces una 
ciudad de dos millones de habitantes que no tenía la calidad imperial de 
ciudades como Londres, París, Viena o Roma, poblaciones todas ellas con un 
glorioso pasado. Su excepcional vida fue un quehacer constante, marcado siempre 
por su colaboración con el Tercer Reich, hasta que le falló el corazón, en 
plenas facultades, el año 2003. 
Llegada de 
Hitler a Nuremberg en el Triunfo de la voluntad 
(1935), de Leni Riefenstahl (vídeo colgado en YouTube por 
gus0327)Hija de un lampista autoritario que 
acabó montando un saneado negocio en un Berlín que en los años treinta crecía 
con inusitada rapidez, y con un hermano inútil y mujeriego que moriría 
despanzurrado por una granada en el último tramo de la guerra, Leni Riefenstahl 
tuvo que espabilarse desde muy pequeña en un mundo hostil y machista. Su 
ajetreada vida, siempre girando en torno a emociones estéticas, queda registrada 
con minuciosidad de entomólogo en este volumen. 
Steven Bach, autor de 
una biografía de Marlene Dietrich
, no conoció a Riefenstahl, pero su 
examen de las fuentes documentales es riguroso y su narración está construida de 
un modo claro y sincero. Por desgracia -no soy el primero en escribirlo- la 
traducción no está a la altura. 
Discurso de 
Hilter en el congreso de Nurember, Triunfo de la 
voluntad (1935) de Leni Riefenstahl (vídeo colgado en 
YouTube por kritikis)Leni Riefenstahl 
sigue un orden cronológico dividido en tres grandes partes. En la primera, se 
muestra la Alemania de la República de Weimar. En Berlín se producen tiros y 
asesinatos constantemente. Steven Bach escribe: “La escasez de alimentos y la 
gripe en la posguerra produjeron el colapso de la moral de la preguerra”. En ese 
ambiente el lector contempla el crecimiento de una chica que cuando pasea por la 
Kurfürstendamm deja una estela de miradas masculinas. Una joven de diecinueve 
años, recién salida de un internado, que está decidida a ser ella misma y a 
triunfar en la vida. Su primera vocación es la danza, pero el cine es el gran 
espectáculo de la época y Leni Riefenstahl queda fascinada por un género muy del 
momento: las películas de montaña. Rodadas en los Alpes, las historias de 
escaladores y esquiadores llenaban los cines como años después lo haría el cine 
del oeste. Con una mezcla de audacia y astucia que caracteriza la vida de Leni 
Riefenstahl, se presenta al director por excelencia de los filmes alpinos, el 
reputado doctor Fanck, y consigue, tras aprender a esquiar y a escalar, sus 
primeros papeles de actriz. 
En la segunda parte Steven Bach establece un 
paralelismo entre la toma de Alemania por parte de partido nazi y la ascensión a 
la gloria de una Leni Riefenstahl que ya no está delante de la cámara sino 
detrás. Aquí vemos a una mujer joven e inteligente que utiliza su belleza como 
un machete para abrirse paso en la selva que ha crecido en Alemania. Fascina al 
mismísimo Hitler, y este le encarga dos películas que son imprescindibles en la 
historia del cine. Primero, en 1935, 
El triunfo de la voluntad, un 
documental sobre un congreso del partido nazi en Nuremberg y, después, 
Olimpiada, otro documental sobre los Juegos Olímpicos de Berlín del año 
1936. Con estos filmes Leni Riefenstahl se consagra, entra en el santa santorum 
del poder alemán. ¿Cómo lo consigue? Para Steven Bach la “genialidad de Leni 
consistió, en parte, en que se atrevió a hacer cosas que otros no podían o no 
querían hacer”. Si seguimos leyendo vemos que no se trataba sólo de 
atrevimiento. Detrás del éxito de Leni Riefenstahl estaban sus infinitas horas 
de dedicación a las mil tareas implicadas en la producción de una película. 
Situar cámaras, organizar el rodaje y ocuparse después de la sonorización y del 
montaje eran tareas de las que Leni Riefenstahl se ocupaba personalmente. 
 
Escenas de las competiciones gimnásticas de Olimpiada 
(1936) de Leni Riefenstahl (vídeo colgado en YouTube por 
camolenaar)  
En la tercera parte el lector 
asiste a los desastres de la guerra y al proceso de desnazificación. Las 
acusaciones que pesan sobre Leni Riefenstahl son graves y tienen consecuencias. 
Aislada y sin dinero se defiende con uñas y dientes. No consigue volver a 
dirigir pero de repente descubre África: se va a Sudán a filmar y fotografiar a 
la tribu Nuba. Asombra al mundo con sus fotos y, a los 
setenta y cinco años, se hace submarinista a la vez que registra con sus cámaras 
los más bellos paisajes 
submarinos. Tras escribir dos polémicas autobiografías, 
muere en su casa cogida de la mano de Horst Kettner, su pareja desde 1968 y 
cuarenta y dos años más joven que ella. 
¿Fue nazi Leni Riefenstahl? 
¿Contribuyeron sus películas, sus conferencias, sus libros o sus viajes al 
exterminio de judíos, gitanos y tantos otros? Una lectura atenta, a veces entre 
líneas, de este volumen indica que efectivamente Riefenstahl admiró a ese cabo 
austriaco que fascinó a tanta gente, dentro y fuera de Alemania, hasta llegar a 
producir lo que sin duda fue la gran tragedia de la Europa moderna. Sin embargo, 
su responsabilidad directa no queda clara en la obra de Steven Bach. 
Escenas de los saltos de 
trampolín de Olimpiada (1936) de Leni Riefenstahl (vídeo 
colgado en YouTube por davidherkt)