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martes, 16 de septiembre de 2008
El cameo travestido de Alfred Hitchcock, o ¿sale Hitchcock ahora del armario?
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[11658] Comentarios[1]
Al parecer el cameo número 38 de Alfred Hitchcock se da en el minuto 44 de la película del año 1959 “Con la muerte en los talones” (North by Northwest), y aparece disfrazado de viajera vestida de azul, sentada en el vagón de un tren

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hacer un “cameo” en una película es cuando alguien reconocible por la mayoría de los espectadores, actor o no, aparece muy brevemente y de forma anecdótica en algún momento de la cinta. La aparición debe ser muy breve en tiempo, pero suficientemente significativa como para que el público pueda percatarse y lo celebre.

Los cameos no son nada infrecuentes en el mundo del cine; los hay muy famosos y los hay que pasan casi desapercibidos. Sé que incluso hay películas construidas a base de puros cameos de actores célebres que, disfrazados hasta lo irreconocible, deambulan a decenas por la historia filmada que se nos muestra. No recuerdo ahora el título de la cinta, pero de niño me llamó mucho la atención una película de misterio en la que, a su término, muchos actores de Hollywood se hacían reconocibles en plano medio y fijo despojándose del disfraz que les había hecho pasar desapercibidos en apariciones fugaces, incluso sin frases.

Pero como en todo en esta vida también en los cameos hay campeones, auténticas estrellas del oficio, verdaderos maestros en el arte del aparecer fugazmente pero de manera muy reconocible en una película. La figura indiscutible del cameo universal es Alfred Hitchcock, quien suma además a sus breves intervenciones una notabilísima particularidad más que notoria: él dirigía las películas en las que se deja ver con su figura oronda, irónica, cachonda y muy reconocible.

Alfred Hitchcock de mujer

Fotograma de Con la muerte en los talones de Alfred Hitchcock (procede de la web http://hitchcock.tv/)

Don Alfred tiene contabilizados nada más y nada menos que 37 cameos completamente verificados y contrastados a lo largo y ancho y de los 52 largometrajes que realizó. Pero la noticia ha saltado recientemente, y al parecer habría que sumarle uno más, el número 38. Un loco entrañable de esos que pasan horas y horas analizando las películas de los grandes maestros plano a plano (conozco a alguno, no crean), ha descubierto que exactamente en el minuto 44 de la película Con la muerte en los talones (North by Northwest, 1959), Hitchcock aparece disfrazado de mujer en un plano secuencia muy breve en el que el protagonista de la cinta, Cary Grant, sale con gafas de sol del servicio de un vagón de tren, y se dirige al fondo del vagón dando la espalda a los espectadores. Pues bien, en la fila de viajeros que queda a la derecha de la espalda de Cary Grant, con zapatos de tacón, vestido azul y una especie de cofia en la cabeza, los expertos han descubierto a un travestido Hitchcock haciendo el cameo más secreto, oculto y fetichista de toda su filmografía.

Se da la circunstancia de que en dicha película el director realiza un “cameo oficial” que no pasa desapercibido para ningún espectador medianamente atento: a punto de subir a un autobús, a don Alfred se le cierran las puertas del mismo en las narices justo inmediatamente después de que Cary Grant sí consiga subirse al vehículo.

Tiene gracia que uno de los directores más declaradamente misóginos de la historia hiciera un cameo secreto y nunca subrayado disfrazado de oronda mujer vestida de azul, con zapatos de tacón y frente a la que desfila uno de los hombres más atractivos de la historia del cine más glamuroso de todos los tiempos, Cary Grant.

¿Este ejercicio de travestismo no confeso fue una ironía cómica y cachonda más del grandísimo director?, ¿una broma oculta a la espera de ser descubierta por espectadores avispados?, ¿un reto propuesto por Hitchcock para medir la atención del público?... ¿o estamos ante una salida del armario en toda regla expresada en el grito silencioso de un fotograma cinematográfico camuflado en la historia de un largometraje? De ser así estaríamos ante una confesión, un mensaje, una comunicación a largo plazo con algo de conmovedora y un mucho de genial. De ser tan solo una broma, estaríamos ante una risotada póstuma, sutil y quizá con matices misóginos, de uno de los directores más grandes de todos los tiempos.

Voy a buscar inmediatamente en Con la muerte en los talones (North by Northwest) el minuto 44. Luego tomaré postura al respecto. Gracias.

***


¿Otro cameo más de Hitchcock en Tras la muerte en los talones? Fíjense en la señora mayor que disputa el taxi, ¿ustedes qué opinan?



Vídeo colgado en YouTube por yuanyelele


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.


Comentarios
18.06.2013 0:30:31 - abner













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