Director: Rogelio López Blanco      Editora: Dolores Sanahuja      Responsable TI: Vidal Vidal Garcia     
Historial de visitas

· El Planeta Pombo, Álvaro Pombo (Visitas 1)
· Un poeta de nombre Oscar Wilde (Visitas 1)
· José María López Sánchez: “Heterodoxos españoles” (Marcial Pons, 2006) (Visitas 1)
· El Zuckerman encadenado de Philip Roth (Visitas 1)
· María Antonieta: el talento indudable de Sofía Coppola (Visitas 1)
· Parra, Nicanor Parra (Visitas 1)
· La nación falsificada de Jesús Laínz (Visitas 1)
· Félix Ovejero Lucas: “Contra Cromagnon" (Montesinos, 2007) (Visitas 1)
· Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (II) (Visitas 1)
· Edith Stein, filósofa, judía, víctima nazi y santa (y III) (Visitas 1)
· Ian Buruma: “Asesinato en Ámsterdam” (Debate, 2007) (Visitas 1)
· Peter Bergen: “Osama de cerca” (Debate, 2007) (Visitas 1)
· La poesía según Seamus Heaney (Visitas 1)
· Cuando Rostropovich "cerró" la Plaza Porticada (Visitas 1)
· Carmen López Alonso: “Hamas: la larga marcha hacia el poder” (Libros de La Catarata, 2007) (Visitas 1)
· Marc Servitje: “Tom Cruise: Nacido el tres de julio” (Ediciones Carena, 2007) (Visitas 1)
· Altamira: una visita a la neocueva (Visitas 1)
· Luis P. Marín: “Los arquitectos de la República” (Marcial Pons, 2007) (Visitas 1)
· Nadadora, de Alberto Santamaría (Visitas 1)
· César Antonio Molina, poeta y ministro (Visitas 1)
· Jesús Pardo en San Vicente de la Barquera (Visitas 1)
· Margarita Hierro en el recuerdo (Visitas 1)
· La ópera en pelotas en el Teatro Real de Madrid (Visitas 1)
· Francisco Silvela: Escritos y discursos políticos (CEPC, 2005) (Visitas 1)
· Cassandra’s dream de Woody Allen (Visitas 1)
· Pequeño homenaje a Peter Viertel (Visitas 1)
· Daniel Sánchez Arévalo en tertulia (Visitas 1)
· Luigi Boccherini, ese desconocido (Visitas 1)
· Rilke, Albéniz y Zuloaga en la misma habitación, 1903 (Visitas 1)
· Fernán-Gómez, un genio malogrado (Visitas 1)
· Todo Beethoven por 100 euros (Visitas 1)
· El manuscrito Voynich y su descubridor: Wilfrid M. Voynich (Visitas 1)
· Los actores del Oscar de Hollywood son europeos (Visitas 1)
· Plácido Domingo: el mejor tenor del mundo (Visitas 1)
· Un prodigio llamado Gustavo Dudamel: el director de orquestas que dirigía en el salón de su casa (Visitas 1)
· Diario de Autoayuda (2): La venganza de la santa (Visitas 1)
· Juan Diego Flórez se transforma en mito en el Metropolitan de Nueva York (Visitas 1)
· Goya en Italia, ahora en Zaragoza (Visitas 1)
· Amor más acá de la muerte (Visitas 1)
· Cuatro microrrelatos poéticos con perfume sicalíptico (Visitas 1)
· Poesías completas de Sylvia Plath (Bartleby editores) (Visitas 1)
· José de Ciria y el Ultraismo (1919-2009): una nueva sensibilidad española en la vanguardia europea (Visitas 1)
· La función del crítico literario, según W. H. Auden (Visitas 1)
· Armando Buscarini: El rufián. Teatro, narrativa y memorias (Editorial Buscarini) (Visitas 1)
· El asesinato de Pier Paolo Pasolini: nuevos datos (Visitas 1)
· Las películas y la música preferidas de Barack Obama (Visitas 1)
· Kiki de Montparnasse, el violonchelo de Man Ray descrito por Botín Polanco (Visitas 1)
· Adiós a Pablo Beltrán de Heredia (y II) (Visitas 1)
· Obra poética de Carlos Salomón (La mirada creadora, 2007) (Visitas 1)
· Hipatia en el ágora de Amenábar, o la importancia del marketing (Visitas 1)
· La Consagración de los cacahuetes salados en primavera, de Stravinsky y Charlie Parker (Visitas 1)
· Comentarios a algunas obras para guitarra, laúd y mandolina (Visitas 1)
· La Séptima sinfonía de Shostakovich se escucha en el infierno de la batalla de Leningrado (Visitas 1)
· Alma Rosé y la orquesta femenina de Auschwitz (Visitas 1)
· La mujer de Millennium de Stieg Larsson es Tamara Villoslada, según Gino Rubert (Visitas 1)
· Benjamin Britten en Brooklyn, un ejemplo de la Atenas neoyorquina durante la II Guerra Mundial (Visitas 1)
· Nueva Gramática de la Lengua Española, o el nuevo mapa del español (Visitas 1)
· El Erik Satie de las hermanas Labèque (KLM, Gaudisc) (Visitas 1)
· El pintor Pal Sarkozy, Carla Bruni, Werner Hornung y el Digital Fine Art (Visitas 1)
· Rock in Rio o Pachanga en Arganda (Visitas 1)
· La poesía vertical de J. A. González Fuentes. La lengua ciega (DVD, 2009) (Visitas 1)
· Cuando John Frankenheimer conoció al Malamadre de la Celda 211 (Visitas 1)
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· Los clásicos también pecan: la vida íntima de los grandes músicos, de Fernando Argenta (Visitas 1)
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· Memorias del futbolista Zarzamora: fútbol y literatura (2) (Visitas 1)
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· Nuevos haikus de Juan Antonio González Fuentes (Visitas 1)
· Adiós a Joan Sutherland, adiós a “La Stupenda”, la soprano bel cantista del siglo XX (Visitas 1)
· Adiós a Francisco Pérez González, Pancho, un señor de la edición en español (Visitas 1)
· De la necesidad espiritual de perder el tiempo (otium), según Marc Fumaroli: París-Nueva York-París. Viaje al mundo de las artes y de las imágenes (Acantilado, 2010) (Visitas 1)
· El Danubio azul por culpa de Johann Strauss hijo, sobre todo en Año Nuevo (Visitas 1)
· Old Man River, Paul Robeson, Dixieland, Show Boat, Tom Sawyer y el Misisipi (Visitas 1)
· Haendel en el Támesis o la música para los reales fuegos de artificio (Visitas 1)
· La música de los mozárabes en las riberas del río Duero (Visitas 1)
· Poemas de Juan Antonio González Fuentes en la Université Sorbonne Nouvelle, el próximo 6 de diciembre (Visitas 1)
· El jefe Jerónimo: retrato de un apache pésimo comerciante, por Elbridge A. Burbank y Javier Lucini (Visitas 1)
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· Dámaso López García escribe sobre Enrique Álvarez: Garabandal, la risa de la Virgen (Ediciones Tantín) (Visitas 1)
· 7 nuevos haikus de Juan Antonio González Fuentes (Visitas 1)
· Dios se llamaba Herbert von Karajan (Visitas 1)
· Franz Xaver Messerschmidt en el Louvre, el Van Gogh del XVIII y de la escultura (Visitas 1)
· Haikus sin estación y sin comentario, o Nueva York en el origen (Visitas 1)
· Igual el amor que la locura, de Alfonso Montoro: donde no habite el olvido (Visitas 1)
· Aventuras póstumas de Bonifacio Sanabria (Luis Araquistáin), o la historia de un desdichado fantasma (Visitas 1)
· Los “intelectuales” y la crisis (Visitas 1)
· Rafael Gutiérrez-Colomer y su época. Arte, cultura y sociedad en Cantabria 1968-1985 (Visitas 1)
· La vida en los universos paralelos: El mundo de Agharta, de Rasha Mayka Baghdadi y Alejandra López (Visitas 1)
· Adiós a las almas, las memorias de un escritor que fue sacerdote: Francisco Pérez Gutiérrez (Visitas 1)
· La cuestión religiosa durante la Segunda República (Visitas 1)
· ¿Qué hacen en Irak los soldados centroamericanos? (Visitas 1)
· Un ejemplo de las posibilidades del análisis contrafactual en los estudios históricos (Visitas 1)
· Revivir el pasado (Visitas 1)
· Un poco de Malabo en Lavapiés (Visitas 1)
· Casas vacías (Visitas 1)
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· Las relaciones entre España y Marruecos (Visitas 1)
· La oscura historia del PNV: traición a la II República, delación de la izquierda latinoamericana y otras cosillas (Visitas 1)
· Una defensa del sistema constitucional y autonómico español (Visitas 1)
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· Cartografía de la historia cultural (Visitas 1)
· George L. Mosse: "La nacionalización de las masas" (Marcial Pons, Madrid, 2005) (Visitas 1)
· Enrique de Angulo: "Diez horas de Estat Català" (Encuentro, Madrid, 2005) (Visitas 1)
· Crítica de "La vida te da", quinto CD de Amparanoia (Visitas 1)
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· La huella indeleble de David Gilmour (Visitas 1)
· A. Vidal-Quadras, "La Constitución traicionada" y A. Espada, "Informe sobre la decadencia de Cataluña" (Visitas 1)
· Mario Vargas Llosa: "Travesuras de la niña mala" (Alfaguara, 2006) (Visitas 1)
· Algo fresquito para el verano (Visitas 1)
· Florencio Domínguez: "Josu Ternera. Una vida en ETA" (La Esfera de los Libros) (Visitas 1)
· Jared Diamond: "Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen" (Debate, 2006) (Visitas 1)
· Javier Tomeo: "La noche del lobo" (Anagrama, 2006) (Visitas 1)
· Tony Judt: "Posguerra" (Taurus, 2006) (Visitas 1)
· La Falange (Visitas 1)
· Paul Auster: "Brooklyn Follies" (Anagrama, 2006) (Visitas 1)
· Triunfar en Madrid (Visitas 1)
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· John Colville: "A la sombra de Churchill. Diarios de Downing Street 1939-1955" (Galaxia Gutenberg, 2007) (Visitas 1)
· David McCullough: "1776" (Belacqva, 2006) (Visitas 1)
· María Zambrano o la continuidad de la filosofía española (Visitas 1)
· Retrato de José Ribas y la revista "Ajoblanco" (Visitas 1)
· Los regímenes populistas en América Latina (Visitas 1)
· James Boswell: Vida de Samuel Johnson (Acantilado, 2007) (Visitas 1)
· Bolivia en el precipicio (Visitas 1)
· Juan Carlos Romero Mestre: ¿En qué estarán pensando los escalares? (Vision Net, 2006) (Visitas 1)
· Crítica de la película Media Luna, del director kurdo Bahman Ghobadi (Visitas 1)
· James Owen: Nuremberg. El mayor juicio de la historia (Crítica, 2007) (Visitas 1)
· El flamenco en Barcelona: la época de esplendor (Visitas 1)
· Jorge Wagensberg: El gozo intelectual (Tusquets, 2007) (Visitas 1)
· Los problemas sociales de los inmigrantes (Visitas 1)
· Albert Boadella y el mosaico catalán (Visitas 1)
· Crítica de la película Promesas del Este, de David Cronenberg (Visitas 1)
· Juan José Millás: El mundo (Planeta, 2007) (Visitas 1)
· Crítica de la película Deseo, peligro, del director Ang Lee (Visitas 1)
· Amir Valle: Santuario de sombras (Almuzara, 2006) (Visitas 1)
· África y los retos de la globalización (Visitas 1)
· Federico Jiménez Losantos: La ciudad que fue. Barcelona, años 70 (Temas de Hoy, 2007) (Visitas 1)
· Instrucciones para Amanecer (Visitas 1)
· Umberto Eco: Historia de la fealdad (Lumen, 2007) (Visitas 1)
· Daniel Mendelsohn: Los hundidos (Destino, 2007) (Visitas 1)
· Noah Gordon: La bodega (Roca, 2007) (Visitas 1)
· Canibalia. Canibalismo, calibanismo, Antropofagia cultural y consumo en América Latina (Visitas 1)
· Pilar Cernuda: Contra el talante (Debate, 2008) (Visitas 1)
· Martin Amis: La Casa de los Encuentros (Anagrama, 2008) (Visitas 1)
· Fernando Sánchez Dragó: Y si habla mal de España... es español (Planeta, 2008) (Visitas 1)
· Ian McEwan: Chesil Beach (Anagrama, 2008) (Visitas 1)
· Crítica de No es país para viejos, película de los hermanos Coen (Visitas 1)
· Niklas Luhmann: El amor como pasión (Península, 2008) (Visitas 1)
· El Dos de Mayo: aquel hecho (Visitas 1)
· Crítica de la película La edad de la ignorancia, de Denys Arcand (Visitas 1)
· Dig Lazarus dig!!!, CD de Nick Cave (Visitas 1)
· Crítica de Mil años de oración, película de Wayne Wang (Visitas 1)
· Crítica de Antes de que el diablo sepa que has muerto, película de Sidney Lumet (Visitas 1)
· Lugares comunes latinoamericanos (Visitas 1)
· Sándor Márai: La extraña (Salamandra, 2008) (Visitas 1)
· Mara Lea Brown: Soleá (Ediciones Carena, 2007) (Visitas 1)
· Bruce Bégout: Lugar común. El motel americano (Anagrama, 2008) (Visitas 1)
· Lugares comunes latinoamericanos: Los inmigrantes llegaban masivamente sin visas ni restricciones (Visitas 1)
· Steven Bach: Leni Riefenstahl (Circe, 2008) (Visitas 1)
· Anna Caballé El bolso de Ana Karenina (Península, 2008) (Visitas 1)
· Lugares comunes latinoamericanos: Bolivia, la democracia cercada (Visitas 1)
· Paul Krugman: Después de Bush. El fin de los neocons y la hora de los demócratas (Crítica, 2008) (Visitas 1)
· Un satélite bolivariano y socialista cabalga por el espacio (Visitas 1)
· Barack Obama: Los sueños de mi padre. Una historia de raza y herencia (Almed, 2008) (Visitas 1)
· Crítica de Hey Eugene, CD de Pink Martini (Visitas 1)
· ¿Hacia dónde gira la Revolución Cubana? (Visitas 1)
· Jacob Weisberg: La tragedia Bush (RBA Libros, 2008) (Visitas 1)
· Políticas de equidad en España: Zapatero y la desigualdad (Visitas 1)
· Stieg Larsson: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008) (Visitas 1)
· Pasqual Maragall: Oda inacabada. Memorias (RBA Libros, 2008) (Visitas 1)
· Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008) (Visitas 1)
· Julio Camba: La rana viajera (Alhena Media, 2008) (Visitas 1)
· David Morley: Medios, modernidad y tecnología (Gedisa, 2008) (Visitas 1)
· Tonight: Franz Ferdinand, CD de Franz Ferdinand (Visitas 1)
· Hacia el Mar Egeo. Las memorias de un helenista durante la Segunda Guerra Mundial (Visitas 1)
· Leopoldo Abadía: La crisis ninja y otros misterios de la economía actual (Espasa, 2008) (Visitas 1)
· Agustín Fernández Mallo: Creta lateral travelling (Sloper, 2009) (Visitas 1)
· Puerto Presente, CD de Macaco (Visitas 1)
· Jean-Gustave-Marie Le Clézio: La música del hambre (Tusquets, 2009) (Visitas 1)
· Toni de la Rosa: La escuela rota. Racismo y exclusión en las aulas (Ediciones Carena, 2009) (Visitas 1)
· Together Through Life, CD de Bob Dylan (Visitas 1)
· Lugares comunes latinoamericanos: La historia está para ser manipulada (Visitas 1)
· Andrés Trapiello: Los confines (Destino, 2009) (Visitas 1)
· Javier Cercas: Anatomía de un instante (Mondadori, 2009) (Visitas 1)
· Mark Tungate: El universo publicitario. Una historia global de la publicidad (Gustavo Gili, 2009) (Visitas 1)
· Miguel Veyrat: Razón del Mirlo (Visitas 1)
· Entrevista a José Luis Villar, autor de La voz del alma (Visitas 1)
· Raúl Eguizábal: Industrias de la conciencia. Una historia social de la publicidad en España (Península, 2009) (Visitas 1)
· Argentina: fin de ciclo (Visitas 1)
· Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009) (Visitas 1)
· Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres, película de Niels Arden Oplev (Visitas 1)
· The Bright Mississippi, CD de Allen Toussaint (Visitas 1)
· Stef Penney: La ternura de los lobos (Salamandra, 2009) (Visitas 1)
· Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008) (Visitas 1)
· Preliminaires, CD de Iggy Pop (Visitas 1)
· Roderick MacFarquhar y Michael Schoenhals: La revolución cultural china (Crítica, 2009) (Visitas 1)
· “Es la economía, estúpido”: entrevista a Muakuku Rondo Igambo, autor de Crisis y capitalismo en el tercer mundo (Visitas 1)
· Roll On, CD de J. J. Cale (Visitas 1)
· Agustín Fernández Mallo: Nocilla Lab (Alfaguara, 2009) (Visitas 1)
· Piratería: un análisis de la economía delictiva (Visitas 1)
· The Fall, CD de Norah Jones (Visitas 1)
· Aníbal y sus enemigos (Visitas 1)
· Alex Ross: El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (Seix Barral, 2009) (Visitas 1)
· Mario Conde: Memorias de un preso (Martínez Roca, 2009) (Visitas 1)
· José María Mijangos: Soul Man (Lengua de Trapo, 2009) (Visitas 1)
· Juan Francisco Ferré: Providence (Anagrama, 2009) (Visitas 1)
· Félix Francisco Casanova: El don de Vorace (Editorial Demipage, 2010) (Visitas 1)
· Shutter Island, o el manierismo amanerado de Martin Scorsese (Visitas 1)
· Elizabeth Smart: En Grand Central Station me senté y lloré (Periférica, 2009) (Visitas 1)
· Entrevista a Ani Khachatryan, autora de Antología de literatura armenia (Visitas 1)
· Eduardo Mendoza: Tres vidas de santos (Seix Barral, 2009) (Visitas 1)
· Entrevista a María Asunción Frexedas, autora de La voz antigua de la tierra (Visitas 1)
· Entrevista a Juan Manuel González Lianes, autor de Quimera del lector absorto (Visitas 1)
· Ciudad de vida y muerte, película de Lu Chuan (Visitas 1)
· Hacer el cafre (Visitas 1)
· Victor Bockris: Keith Richards. Biografía desautorizada (Global Rhytm Press, 2009) (Visitas 1)
· Manuel Chaves Nogales: La agonía de Francia (Libros del Asteroide, 2010) (Visitas 1)
· Guía de Copenhague (Visitas 1)
· Kike del Olmo: La casa donde se esconde el sol (Editorial Alcalá Grupo, 2010) (Visitas 1)
· Populismos latinoamericanos. Los tópicos de ayer, de hoy y de siempre (Visitas 1)
· Entrevista a Juan Hernández Herrero, autor de El léxico de El Quijote (Visitas 1)
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· Ve y dilo en la montaña: James Arthur Baldwin o la voz literaria de los negros norteamericanos durante las luchas civiles de la década de los sesenta (Visitas 1)
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· James Joyce, profeta de la nueva moral: el contenido erótico del Ulises y la anticipación del lenguaje visual y coloquial (Visitas 1)
· Javier Montes: Segunda parte (Pre-Textos, 2010) (Visitas 1)
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John Reed (foto:wikipedia)

John Reed (foto:wikipedia)

    AUTOR
Miguel Ángel Sánchez de Armas

    LUGAR DE NACIMIENTO
México

    BREVE CURRICULUM
Profesor – investigador en la Escuela de Periodismo del Departamento de Ciencias Sociales de la UPAEP – Puebla (México). Doctor en Comunicación por la Universidad de Sevilla. Líneas de investigación: comunicación y propaganda, historiografía de los medios y literatura y periodismo. Entre otros, es autor de Apuntes para una historia de la televisión mexicana, El enjambre y las abejas: ensayos sobre democracia y comunicación y En estado de gracia. Conversaciones con Edmundo Valadés



Miguel Ángel Sánchez de Armas

Miguel Ángel Sánchez de Armas


Tribuna/Tribuna libre
John Reed en el México insurgente
Por Miguel Ángel Sánchez de Armas, martes, 4 de enero de 2011
Para los hijos de un mundo en donde a los héroes se les mira con dejo burlón y los diferentes son más reprimidos que imitados, la biografía de John Silas Reed puede resultar tan abrumadora como un largometraje pasado a alta velocidad en donde las imágenes se persiguen unas a otras hasta marear al espectador.
Jack, como le llamaban sus amigos de la bohemia, murió 72 horas antes de cumplir 33 años, al otro lado del mundo, honrado por las banderas de una nación que no era la suya. Fue testigo de dos de las primeras revoluciones del siglo y su obra explicó a la humanidad los significados más profundos de esos eventos.

A una edad en la que la mayoría de los hombres apenas comienza a pulsar el posible rumbo de su vida, John ya era una leyenda. Y cuando su agitada existencia expiró en un hospital moscovita y la noticia recorrió el mundo, en su patria hubo tantas muestras de alivio como de dolor.

No sabemos en qué clase de hombre se hubiera convertido de haber vivido otros veinte o treinta años. Tal vez Jack, aclamado como el mejor periodista de su tiempo a los 26 años, y un consumado escritor y activista político a los 32 –se dice que al altanero y racista de Rudyard Kipling los artículos de Reed le permitieron “ver” a México- también consumó la hazaña de morirse a tiempo.

La tarde del sábado 23 de octubre de 1920 en Moscú fue de un otoño frío, lluvioso y dorado. Una neblina aperlada se levantaba del río Moskva para acariciar los muros del Kremlin. En la gran Plaza Roja las banderas ondeaban en la bruma cuando la enorme procesión hizo su arribo procedente del Templo del Trabajo a los acordes de una marcha fúnebre; el retumbar de las botas sobre el piso áspero dio un toque de rudeza a la ceremonia. Testigos mudos eran la muralla, las 19 torres y las catedrales de la Asunción, del Arcángel y de la Anunciación.

“Los verdaderos revolucionarios”, había escrito Jack, “son aquellos que llegan al límite”

John Reed había muerto de tifoidea unos días antes, y la procesión llevaba sus restos al corazón de los pueblos soviéticos, con honores propios de un héroe del proletariado.

Cuando el féretro fue colocado en los muros del Kremlin bajo una manta roja en la que grandes caracteres dorados proclamaban: “Los dirigentes mueren, pero las causas permanecen”, las banderas fueron colocadas a media asta y el aire retumbó con descargas de fusil que se diluyeron en un apesadumbrado silencio.

Junto al féretro, Louise Briant, la pareja de amores tormentosos y atormentados del escritor, observó los momentos finales de la ceremonia con una intensa luz en sus ojos gris verdes. Había llegado a Moscú apenas a tiempo para que John muriera en sus brazos y estuvo cerca del sarcófago cada minuto de todos los días de ceremonias en honor de su compañero.

¿Qué pensamientos habrán pasado por la mente de Louise Briant esa tarde fría y lluviosa? Quizá momentos de las noches en una cabaña de Croton. Tal vez imágenes de aquel hombrón torpe, rebosante de energía e ingenio, mientras arengaba a una multitud de trabajadores, el puño derecho en alto, el dorso izquierdo apartando del rostro el pelo rebelde. O enfrascado en interminables discusiones alcohólicas en un figón del Greenwich Village.

Louise Briant pudo haber sentido que aquel enfant terrible, poeta, periodista, escritor y activista social, a fin de cuentas encontró la victoria. “Los verdaderos revolucionarios”, había escrito Jack, “son aquellos que llegan al límite”.

Reed no llegó a México por cuenta propia. Fue comisionado por la revista Metropolitan y el diario World para cubrir la revolución mexicana, en particular las andanzas del caudillo rebelde Francisco Villa

Reed nació el 22 de octubre de 1887 en el seno de una familia acomodada y conservadora de Portland, Oregón, y fue bautizado en la iglesia Episcopal. Vivió la vida protegida de un niño enfermizo en la casa de los abuelos maternos, “una mansión señorial con un enorme parque en donde había una terraza rodeada en tres lados por higueras con luces de gas ocultas entre la corteza. En el verano se colocaba un toldo y la gente bailaba a la luz que parecía salir de entre los árboles”, recordaba Reed en su ensayo autobiográfico Casi treinta años.

En 1887 Portland era una bulliciosa comunidad puritana en donde se exaltaba el trabajo, la religión, la decencia y la moderación. Un cronista de la época definió a los padres de la ciudad como “prudentes y valiosos, con una moralidad, convicción religiosa y fortaleza de carácter no igualados por ninguna otra clase social en América”.

Aunque la madre de Reed se veía a sí misma como una “rebelde” y fue de las primeras mujeres que fumaron en público, despreciaba a las clases trabajadoras, a los extranjeros y a los radicales. Años después, siendo una viuda pobre, llegó al extremo de rechazar dinero de Jack porque no quería ser mantenida por un hijo pro soviético.

La atmósfera de corrección, prudencia y calma que reinaba en el hogar de los Reed era alterada sólo por la visita ocasional de un hermano de la madre de Jack, el tío Horacio, quien –para horror de ese hogar cristiano- adornaba sus aventuras por el mundo con relatos fantásticos en donde se colocaba como figura principal de revoluciones, golpes de Estado y hazañas alucinantes. Puede uno imaginar el impacto que esas historias tuvieron en el joven John. El tío no sólo aseguraba haber encabezado una revuelta popular en Guatemala, sino que además juró haber sido coronado rey de una isla de los mares del sur.

Jack era un niño soñador muy dado a fantasear. Años después recordaba haber sido “diferente a los demás”. Pero con todo ello parecía destinado a la vida de un tranquilo caballero occidental y cristiano, pilar de la comunidad y de la iglesia Episcopal.

Los nietos de esos hombres, que leímos México Insurgente en la adolescencia, nos sumergimos en aquel mundo gracias a la pluma de Reed

Su padre, Charles Jerome Reed -mejor conocido como C.J.- decidió enviar a su hijo a la mejor universidad, en donde pudiera adquirir las herramientas profesionales necesarias para alcanzar un nivel apropiado de vida y el aura de prestigio necesaria para su futuro ambiente social. La elección obvia fue Harvard.

Pero durante sus años de estudiante Jack comprendió que no estaba destinado a regresar a Portland y que el éxito económico no le atraía. Era de una naturaleza distinta y no seguiría los pasos de su padre, aunque ello le hiciera sentir culpable. Concluidos sus estudios viajo a Europa y de regreso, a los 23 años, encontró trabajo en la revista neoyorquina America y en otras publicaciones. John Reed, periodista y escritor, estaba a punto de dejar su huella en la gran urbe de hierro… comenzaba la gran aventura que lo llevaría primero México y después a la naciente Unión Soviética.

Cuando Jack llegó a la frontera de Texas con Chihuahua una tarde a finales de 1913 y trepó al tejado de la oficina de correos de Presidio para dar su primer vistazo a México, ya llevaba la doble fama de periodista y luchador social.

Su trabajo en la revista radical The Masses, sus actividades en los círculos socialistas y bohemios, su personalidad explosiva e impredecible y sus reportajes sobre la gran huelga de Patterson, Nueva Jersey –donde pudo disfrutar de la hospitalidad de la prisión local- le habían dado una fuerte reputación a los 26 años.

Reed no llegó a México por cuenta propia. Fue comisionado por la revista Metropolitan y el diario World para cubrir la revolución mexicana, en particular las andanzas del caudillo rebelde Francisco Villa, cuyas operaciones en las cercanías de la frontera estadounidense lo habían convertido en noticia de primera plana.

En México Reed perfeccionó las herramientas para su otra gran obra, Los diez días que conmovieron al mundo, relato que el propio Vladimir Ilych Ulyanov, Lenin, decidió prologar

Años después Reed diría que México fue el lugar en donde se encontró a sí mismo. Este gringo torpe, explosivo, lúcido, valeroso y cálido, escribió artículos sobre México que dieron a los lectores norteamericanos y a la clase política del país vecino puntos de vista que sin duda influyeron su percepción del conflicto en México. Sus relatos sobre Francisco Villa, a quien conoció y admiró profundamente, elevaron a éste de bandido a héroe ante la opinión pública norteamericana. Reed logró transmitir al mundo los más profundos sentimientos de un pueblo en armas.

John se insertó en las vidas de los hombres y mujeres revolucionarios para ver el conflicto desde su punto de vista. Tomó partido por “los hombres” para poder experimentar por sí mismo la promesa del nuevo amanecer que la sangrienta guerra traería a México: una nación libre en donde no habría clases marginadas, ejército opresor, dictadores o iglesia al servicio de los poderosos.

En su ensayo El legendario John Reed, Walter Lippmann escribió: “El público se percató de que podía vivir lo que John Reed vio, tocó y sintió. La variedad de sus impresiones y el color y fuentes de sus escritos parecían interminables. Los artículos que mandó de la frontera mexicana eran tan apasionados como el desierto mexicano y la revolución villista... Comenzó a atrapar a sus lectores, sumergiéndolos en oleadas de un panorama maravilloso de tierra y cielo.

“Reed quería a los mexicanos que conoció tal como ellos eran. Bebía con ellos, marchaba y arriesgaba la vida a su lado... No era demasiado presumido, o demasiado cauto o demasiado perezoso. Los mexicanos eran para él seres de carne y hueso... No los juzgaba. Se identificó con la lucha y lo que vio fue gradualmente mezclándose con sus esperanzas. Y siempre que sus simpatías coincidían con los hechos, Reed era estupendo.”

Mi generación es nieta de hombres con quienes Jack compartió frijol, tortillas, chile y alcohol. Muchos de nosotros supimos de las batallas de la División del Norte por esos fantasmas del pasado que guardaban uniformes, sombreros, cananas y carabinas 30/30 en roperos adornados con espejos y nos dejaban tocar, con expresión de sonriente melancolía, las cicatrices de sus heridas de bala. La mirada de estos abuelos nuestros se iluminaba al recordar a su general Villa, la personificación de un México mejor que esperaban un día llamar el suyo. Los nietos de esos hombres, que leímos México Insurgente en la adolescencia, nos sumergimos en aquel mundo gracias a la pluma de Reed.

En las páginas de México Insurgente el periodismo y la literatura se disputan el espacio, cada uno dando al otro un escenario propio. Esta pugna amistosa se complementa con el mensaje de Reed, en ocasiones directo y en otras entre líneas. He aquí a un hombre que llegó a los desiertos luminosos de un país llamado México para reafirmar sus propias convicciones revolucionarias entre hombres andrajosos, iletrados, pobremente armados, indisciplinados y libres, cuyo instinto más que una ideología les decía que la guerra era el único medio posible, en ese momento, de cambiar su vida, de terminar con la explotación de los muchos por los menos.

No es una exageración decir que el John Reed que regresó a los Estados Unidos en abril de 1914 no era el mismo que vio por primera vez a México desde el tejado de la oficina de correos de Presidio. En México Reed perfeccionó las herramientas para su otra gran obra, Los diez días que conmovieron al mundo, relato que el propio Vladimir Ilych Ulyanov, Lenin, decidió prologar. El dirigente lo consideró una de las mejores narrativas sobre la Revolución de Octubre y tuvo la esperanza de que fuera leída por los trabajadores del mundo.

Proponer que John Silas Reed murió muy joven es un lugar común. En efecto desapareció a temprana edad, pero con una obra completa. Quizá sea más correcto aceptar que sus voces interiores se apagaron para que pudiese morir a tiempo.
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