La trama argumental de La bodega gira en torno a la vida de Josep Álvarez, un campesino del Penedés que se ve involucrado, contra su voluntad, en un complot que convulsiona la escena política del momento, lo que le obliga a huir al sur de Francia, al Languedoc, donde trabajará a las órdenes de un viticultor, Léon Mendes, que le iniciará en el mundo del vino. Pese a su temor a caer en manos de la justicia, regresa a España tras el fallecimiento de su padre para continuar la labor emprendida por éste y culminar su gran ilusión: la elaboración de un buen vino a partir de las viñas familiares hasta entonces dedicadas a la producción de vinagre. Como protagonistas, junto a él están los habitantes de Santa Eulalia: la joven viuda Marimar, mujer fuerte, luchadora y de gran corazón, su hijo Francesc, Nivaldo, el viejo tendero del pueblo de origen cubano, y su hermano Donat.
Los elementos históricos de la novela aparecen sabiamente entremezclados con la vida de los protagonistas, como el magnicidio del general Prim, militar convertido a político, como era de costumbre en la época, que era pieza fundamental del Estado cuando es asesinado. Unos jóvenes del pueblo, entre ellos Josep, parecen haber tenido gran cercanía a los hechos que dieron lugar a la muerte de Prim.
La bodega pinta un fresco de aquella turbulenta época en el que se intercalan hechos reales con otros fruto de la imaginación del autor
Noah Gordon empezó a estudiar los usos y costumbres del entorno que rodea al vino a raíz de su primera visita a España en 1990. Inmediatamente se sintió interesado por la tradición enológica, una “experiencia nueva” que llegó a convertirse en “una obsesión”, motivo por el cual comenzó a investigar la cultura de los viñedos. Para Noah Gordon, quien afirma que descubrió España con Hemingway y el Quijote, su primera visita fue el flechazo que le marcó para siempre. Según confiesa en una entrevista: ”Para este libro pasé muchas jornadas visitando viñedos, hablando con expertos y ¡catando vinos sin parar!”
En la narración introduce las típicas costumbres de la comarca del Penedés, donde viven los personajes, como los castellers, castillos humanos que culminan con un muchacho, enxaneta, que logra trepar hasta el último nivel del castillo o la tradición del hereu: según el derecho civil catalán el primogénito es a quien le corresponde la herencia de todo el patrimonio familiar. También introduce la pasión por la viticultura con la descripción del cultivo de las cepas de tempranillo, garnacha y cariñena. Así configura a Josep Álvarez, como un personaje fruto de la cultura de su terruño particular, un hombre que se hace a sí mismo, que, por causas ajenas a su voluntad, empieza trabajando para Léon Mendes en Francia y termina vendiéndole su propio vino.
Sobre este personaje principal dice el autor: “Mi protagonista sería inteligente, aunque iletrado, de mente compleja pero de personalidad sencilla, un hombre de campo que mantendría una estrecha relación con sus vides. Decidí elegir un escenario interesante para él. Sería un período en el que las guerras carlistas acabaran con la vida de muchos mientras la plaga de la filoxera arrasaba las viñas”.
La bodega pinta un fresco de aquella turbulenta época en el que se intercalan hechos reales con otros fruto de la imaginación del autor. Contiene historias plasmadas con gran sensibilidad y personajes llenos de fuerza y con abundantes datos que acercan al lector a la realidad.