Magazine/Música
Un poco de Malabo en Lavapiés
Por Marion Cassabalian, lunes, 4 de abril de 2005
El primer disco de Concha Buika es el fruto de numerosas mezclas y diversas fusiones, tanto en la música como en la vida. Este trabajo es un fiel reflejo de la personalidad abierta y cosmopolita de esta linda y joven cantante negra. Se concentran en Buika todas las influencias musicales de los diferentes sitios donde vivió esta artista, muy inspirada por el presente.
Aunque nacida en Palma de Mallorca en 1972, es originaria de Guinea Ecuatorial, Concha Buika se cría en Estados Unidos, para luego mudarse al barrio más castizo de Madrid, el cosmopolita Lavapiés. El primer tema de Buika, "New afro spanish girl" ilustra, en un inglés y un castellano perfectamente unidos, la situación de esta nueva generación de mestizos y exiliados que pueblan las calles de la capital española y tantas otras ciudades del mundo. Con una sorprendente voz, a la vez suave y desgarrada, Concha Buika narra pedacitos de vidas, vividas por protagonistas de la sociedad de hoy, en distintos continentes del planeta.
Las dos principales huellas de este álbum son su originalidad y una fusión omnipresente de ritmos, voces, instrumentos e ideas. El mejor ejemplo de ello es el décimo tema de este álbum, “Niña de fiesta+bailando mi pena”. En Buika, la cantante cuenta con la participación de numerosos artistas acompañados por sus propias herramientas : armónica, cajón, palmas, guitarra española y eléctrica, violín, flauta, máquinas, pinchadiscos y teclados, además de los clásicos batería y bajo, de las manos de Patti Ballinas y José Vera, respectivamente –menos en el noveno tema, en el que Noah Shaye se apodera del ritmo-. Esta mezcla permanente entre cada tema y dentro de cada uno, da como resultado, sin embargo, un disco redondo y con una evidente personalidad propia.
Las canciones más logradas son de lejos las que llevan una clara influencia flamenca (...) El último regalo de este álbum es la undécima canción, un soberbio cover del tema “Nostalgias”, del maestro argentino Enrique Domingo Cadicamo, que pone en evidencias la calidad de este trabajo y la belleza de la voz de su progenitora
Las canciones más logradas son de lejos las que llevan una clara influencia flamenca: la excelente “Jodida pero contenta”, tercer tema del álbum, con la guitarra española en manos de Oscar Guerrero, y “Se me escapan las palabras”, canción en la que la voz de la artista nos traslada a plazitas de Granada en una eterna noche de verano español.
Algunos temas invitan más bien al baile, cada uno con su propia cadencia. “Échate a mi vera”, la cuarta canción de Buika, es un buen reflejo del ritmo que lleva la cantante en la sangre. “Caramelo”, el octavo tema, es además un buen ejemplo de su humor.
Para terminar, no podían faltar las baladas románticas, nostálgicas, incluso casi tristes a veces, pero siempre hermosas. “Que pasa”, “Talk to me” y “Soleá de libertad”, cuentan noches de pasión y de ausencia, con una sensualidad pícara de telón de fondo. El último regalo de este álbum es la undécima canción, un soberbio cover del tema “Nostalgias”, del maestro argentino Enrique Domingo Cadicamo, que pone en evidencias la calidad de este trabajo y la belleza de la voz de su progenitora.
La memoria de Concha Buika está poblada de experiencias vividas en diferentes ciudades que fueron todas su hogar. Rodeada de gente de distintas culturas, la artista desarrolló sin duda una apertura de espíritu y una capacidad de adaptación que se reflejan en este primer trabajo. Pero además, desarrolló mucho arte.