jueves, 29 de octubre de 2009
Siete colores contados. Siete pintores de Cantabria de la generación de posguerra
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[{0}] Comentarios[{1}]
Artes en Blog personal por Artes
A lo largo de la última década (1999-2009) siete artistas plásticos cántabros, de indiscutible presencia en la historia del arte en la región, han desaparecido. Me refiero a Luz de Alvear (1926-2001), Fernando Calderón (1928-2003), Ramón Calderón (1932-2004), Esteban de la Foz (1928-2007), Enrique Gran (1928-1999), Ángel Medina (1924-2009) y Julio de Pablo (1917-2009). Los siete fueron artistas variopintos y con diferencias sensibles entre sí en cuanto a conceptos, ideas, ortodoxia, influencias, formación, habilidades, técnica, éxito, proyección... Los siete pertenecieron en esencia a la misma generación, esa para la que nuestra posguerra fue el escenario gris y dramático de la juventud


Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Somos memoria, estamos hechos de memoria, nos vamos construyendo poco a poco mediante la constante suma de memoria. La “naturaleza carnal” de la memoria está inoculada de aromas, de sabores, de sonidos, de roces y también de imágenes y de sus colores... Marcel Proust escribió al respecto el tratado por antonomasia, un monumento de palabras en torno a la memoria, es decir, al hecho de ser y de haber sido. La memoria late fundamentalmente en la palabra, se levanta y respira cuando se verbaliza. La memoria es verbo, los hombres son verbo, somos y terminamos siendo palabras. L'enfer, c'est les autres (El Infierno son los otros), afirmó Jean-Paul Sartre desde la más rotunda equivocación. No, el verdadero infierno es la pérdida de la memoria. Sin memoria ni somos, ni hemos sido, ni seremos. La ausencia de memoria es la desaparición definitiva, la ausencia absoluta de huellas, de rastro, el no ser, el no haber sido.



Secuencia de El sol del mebrillo, de Víctor Erice, entre Antonio López y Enrique Gran (vídeo colgado en YouTube por dvvillamediana)

A lo largo de la última década (1999-2009) siete artistas plásticos cántabros, de indiscutible presencia en la historia del arte en la región, han desaparecido. Me refiero a Luz de Alvear (1926-2001), Fernando Calderón (1928-2003), Ramón Calderón (1932-2004), Esteban de la Foz (1928-2007), Enrique Gran (1928-1999), Ángel Medina (1924-2009) y Julio de Pablo (1917-2009). Los siete fueron artistas variopintos y con diferencias sensibles entre sí en cuanto a conceptos, ideas, ortodoxia, influencias, formación, habilidades, técnica, éxito, proyección... Los siete pertenecieron en esencia a la misma generación, esa para la que nuestra posguerra fue el escenario gris y dramático de la juventud. Los siete buscaron y encontraron sus propios y muy reconocibles caminos expresivos, y lo hicieron partiendo de unas circunstancias personales y colectivas generalmente adversas, o quizá en el mejor de los casos, poco abiertas a la indagación y la tolerancia, raquíticamente estimulantes. Los siete murieron en el transcurso de los últimos diez años, y los responsables de la Obra Social y Cultural Caja Cantabria ha decidido volver a poner su granito de arena para que la vida y la obra de estos creadores no desaparezca de la memoria colectiva, de la memoria artística de la sociedad en la que nacieron, trabajaron y mostraron el resultado de sus esfuerzos.

Así hemos querido jugar aquí a que cada uno de estos siete desaparecidos artistas cántabros se simbolice en un color, y que cada color sea evocado y fijado, “contado”, por medio de la palabra íntima y afectiva de una sensibilidad amiga al margen de la mera anécdota y la pasajera circunstancia. Ni mucho menos se ha pretendido en estas líneas un acercamiento crítico ni reflexivo a la obra de los artistas aludidos. Lo buscado era la rememoración, el construir, gracias a las “pinceladas verbales” e individuales de siete memorias distintas (Salvador Carretero, Mario Crespo, José Ramón R. Altónaga, Saiz Viadero, Fernando Zamanillo, Julio Maruri y Luis Alberto Salcines), un ensanchamiento esencialmente afectivo de la memoria colectiva en torno al mundo de la plástica en Cantabria. Desconozco si el objetivo se ha logrado. Pero aquí quedan una vez más estos “siete colores contados”; siete colores distintos (vidas y obras) que a todas luces deberían quedar incorporados para siempre en la memoria común de la pintura y las artes en Cantabria.

***

Últimas colaboraciones (OCTUBRE) de Juan Antonio González Fuentes en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Luis García Jambrina: El manuscrito de piedra (Alfagaura, 2008)

CREACIÓN: La lengua ciega (DVD, 2009)

CINE: Isabel Coixet: Mapa de los sonidos de Tokio (2009)

-LIBRO (septiembre):  P.D. James: Muerte en la clínica privada (Ediciones B, 2009)

-LIBRO (julio): Stieg Larsson: Millennium 3. La reina en el palacio de las corrientes de aire (Destino, 2009).

-PELÍCULA: Niels Arden Oplev: Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).

Más de Stieg Larsson:

-Millenium 1. Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino, 2008)

-Millennium 2. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Destino, 2008)


NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.