Juan Antonio González Fuentes
Puede que sólo sea una percepción personal, pero creo no decir ninguna tontería si escribo que cada vez van siendo menos los sabios merecedores de tal nombre. Uno de los pocos sabios que nos quedaban en Occidente era
Ernst Gombrich, autor reconocido como imprescindible para entender la moderna historia y psicología del arte. Nacido en 1909 en la Viena de
Freud y Mahler, Gombrich primero se formó en su ciudad natal y más tarde en el
Warburg Institute de Londres, ciudad a la que emigró debido al creciente antisemitismo austriaco de los años treinta. Desde 1959 hasta su retiro de la vida académica en 1976, fue director del Warburg Institute y profesor de historia de la tradición clásica en la Universidad de Londres. Murió en la capital inglesa ha hecho ahora cinco años, en noviembre de 2001.
Ernst Gombrich
Podemos señalar a Gombrich como uno de los autores que mayor número de aportaciones han realizado a los estudios modernos del arte, contribuyendo decisivamente a desmontar las ingenuas teorías sobre la percepción visual y el arte naturalista, sin caer nunca en ramplones convencionalismos ni en groseros absolutos. Partiendo de un temprano interés por los problemas derivados de la percepción, Gombrich supo trasladar ese interés al análisis interpretativo de la pintura y de las representaciones visuales en general, asentando así los fundamentos de las teorías modernas de la interpretación visual. Están de enhorabuena quienes nunca hayan tenido la oportunidad de acercarse a la luminosa sabiduría de este estudioso, pues en los últimos tiempos la editorial barcelonesa Debate ha venido editando títulos del genial autor (Biblioteca Gombrich), destacando dos libros que se me antojan perfectos para iniciarse en la aventura:
Temas de nuestro tiempo. Propuestas del siglo XX acerca del saber y el arte, y
Gombrich esecial.
El primero de los títulos ofrece una recopilación de muy asequibles ensayos que tratan de cuestiones tan candentes como el problema de las humanidades en la educación actual, el relativismo en la apreciación del arte, la conservación de las ciudades, las relaciones entre la imagen y la palabra en el arte del siglo XX, o también del trabajo de artistas como
Cartier-Bresson, Saul Steinberg o Kokoschka. En
Gombrich esencial,
Richard Woodfield selecciona algunos de los textos “gombrichinianos” más alumbradores, en lo que supone un inteligente recorrido por las que han supuesto las grandes preocupaciones del maestro: la Historia General del Arte, la inconografía del Renacimiento y la psicología de la representación visual. Evidencia del interés que tiene este libro es la inclusión en sus páginas del polémico artículo “Meditaciones sobre un caballo de juguete”, en el que Gombrich pone los puntos sobre las íes de la moderna interpretación visual del arte. Sencillamente: dos muestras antológicas de un sabio.
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NOTA: En el blog titulado
El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente .