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Iris Murdoch: <i>Henry y Cato</i> (Impedimenta, 2013)

Iris Murdoch: Henry y Cato (Impedimenta, 2013)

    TÍTULO
Henry y Cato

    AUTOR
Iris Murdoch

    EDITORIAL
Impedimenta

    TRADUCCCION
Luis Lasse

    OTROS DATOS
ISBN 978-84-15578-54-3. Madrid, 2013, 448 páginas. 23,95 € (eBook, 11,99)



Iris Murdoch

Iris Murdoch

Ana Matellanes García

Ana Matellanes García


Reseñas de libros/Ficción
Henry y Cato, de Iris Murdoch (Impedimenta, 2013)
Por Ana Matellanes García, miércoles, 16 de octubre de 2013
La novela número dieciocho de la escritora irlandesa Iris Murdoch, Henry y Cato, acaba de ser publicada por la editorial Impedimenta, tras unos frustrados intentos de recuperar su obra por parte de las editoriales Lumen o Alianza. Una excelente oportunidad para descubrir el peculiar universo narrativo de una autora casi olvidada pero de una enorme riqueza literaria e intelectual.

La escritora y filósofa Iris Murdoch (Dublín, 1919 - Oxford, 1999) fue autora de refinadas e ingeniosas historias donde sus entretenidos argumentos se entremezclan con reflexiones sobre aspectos morales, y sobre todo, sobre conflictos de todo tipo (sociales, religiosos, generacionales). Una obra elaborada con un profundo respeto hacia un tipo de lector “ideal” que para Iris Murdoch se trataba de alguien interesado en una buena historia y capaz de disfrutar pensando tanto en el libro como en los asuntos morales que éste tratara.

El inicio de Henry y Cato (1976) está pensado para sacudir la curiosidad de ese lector. La novela comienza con una apariencia de intriga y, quizá, violencia. El sacerdote Cato Forbes camina de un lado a otro del puente ferroviario de Hungeford de Londres, con un revolver en su bolsillo que “se balanceaba irregularmente a cada paso contra su muslo, pesado e incómodo.” El revólver pertenece a Joe el Guapo, un joven feligrés al que Cato quiere apartar de la delincuencia y por el que siente una inconfesada atracción.

El contrapunto a la historia de Cato es su amigo de la infancia Henry Marshalson, un refinado, nihilista y burlón profesor que regresa desde los Estados Unidos, donde ha vivido durante nueve años, a la mansión familiar tras el fallecimiento de su hermano Sandy. Un heredero que no quiere la riqueza y propiedades que le esperan. En la mansión vive su madre, Gerda, y un viejo amigo de la familia, Lucius, que vive a costa de ella. Muy cerca de la casa vive John Forbes, el padre de Cato, y posteriormente la hermana del sacerdote, la alocada Colette.

Cuando Henry regresa, descubre accidentalmente que su hermano tenía un piso secreto en Londres, donde encuentra a una mujer que dice ser su amante, Stephanie, una apocada y dramática mujer de la que Henry se sentirá atraído.

Con este puñado de personajes y los conflictos derivados de sus relaciones, sospechas y anhelos, Iris Murdoch juega a construir una historia basada en los contrarios y los antagonismos, mostrando en la mayoría de los casos los choques y consecuencias que tienen lugar cuando dos polos se encuentran y no siempre se complementan.

Así, Murdoch compone cada uno de los personajes protagonistas como un negativo del otro, aunque cada uno tenga sus inevitables aristas y dilemas. Así, Cato es un ser de aspiraciones espirituales pero torturado por sus dudas, y que ha encontrado en la religión un espacio de redención. Henry, por su parte, representa la parte más mundana del ser humano, un individuo de certezas que sin embargo ha vivido a la sombra de su hermano, resentido por la falta de atención y cariño de su madre y con un rumbo errático en su vida. Les une a ambos personajes el deseo de escapar de sus familias y de un destino prefijado como herederos de una tradición inglesa que no les interesa. Frente a estos dos personajes de origen aristocrático se sitúan Joe el Guapo y Stephanie, representantes de la clase trabajadora.

En Henry y Cato la autora irlandesa también muestra en paralelo varios mundos contrapuestos: el ruidoso y oscuro Londres en el que se encuentra el pequeño apartamento de Sandy y los bajos fondos de pisuchos donde desarrolla su labor religiosa Cato frente a la idílica Inglaterra de campo, donde se encuentra la mansión de Henry.

Asimismo la escritora enfrenta dos mundos sociales: el lumpen que representa Joe el Guapo o la clase trabajadora de Stephanie frente al entorno aristocrático de los Marshalson y los Forbes.

Tomados estos elementos en su conjunto, nos encontramos con una novela que explora las miserias y los miedos de los individuos, que buscan en vano un asidero que dé sentido a sus desnortadas vidas. Henry, por ejemplo, busca su propia identidad remedando a su hermano muerto a cuya sombra permaneció durante su infancia y adolescencia, al mismo tiempo que se intenta apartar durante años de todo aquello que le ligó con su familia. Cato, por su parte, huye de un destino aristocrático e intelectual buscando refugio en el sacerdocio, para disgusto de su padre. La joven Colette abandona los estudios universitarios y afianza su identidad a través del amor.

El juego de prismas y antagonismos también se encuentra en la estructura narrativa de la novela. Las dos partes en las que se divide Henry y Cato muestran dos velocidades. En la primera, “Ritos de paso”, el tempo es lento y la construcción de los hechos minuciosa. Iris Murdoch cocina a fuego lento las aristas de sus personajes y los hornea con esmero para que el lector conozca y entienda las acciones que están por venir. Por el contrario, en la segunda parte, “El gran maestro”, los acontecimientos se precipitan con enorme rapidez.

En la construcción de estos contrarios y los temas que de ellos se derivan, más que en la propia historia, es donde Iris Murdoch brilla. Henry y Cato se sustenta en la crisis existencial, pero también encontramos algunos de sus temas habituales: la religión (en este caso la pérdida de la fe), la familia, el amor, el sexo o el arte. Murdoch habla de las inquietudes del individuo del siglo XX, y lo hace con novelas entretenidas y con varias capas de significado.

Para construir este universo el estilo de Murdoch juega con los cambios constantes de escenario y perspectiva, así como con la reflexión continua de los personajes. Una narración de diálogos directos y constantes rodeada de descripciones orquestadas en torno a una exuberancia lingüística y un pulso narrativo que el propio Harold Bloom elogió en su obra Genios (Anagrama, 2005).

Henry y Cato es, en definitiva, una buena excusa para sumergirse en el universo literario de Iris Murdoch, una autora cuya obra es capaz de conjugar el entretenimiento y el desafío intelectual al lector. Es una buena noticia que una editorial como Impedimenta haya querido volver a rescatar las novelas de la escritora irlandesa tras el frustrado intento de Lumen por editar su obra completa. Larga vida a la literatura de Iris Murdoch.
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