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viernes, 20 de febrero de 2009
Los enunciados protocolarios de Álvaro Pombo
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[9859] Comentarios[1]
Cada nuevo libro de poemas de Álvaro Pombo viene a hacerse realidad cuando una etapa vital de su autor se cierra. La poesía de Pombo se constituye, por tanto, en una especie de portalada biográfica que da paso a los paisajes, geografías, filosofías espirituales y físicas del poeta, que se hacen presentes en una palabra cincelada a medio camino entre el realismo y la abstracción, entre lo enunciado y lo elusivo, entre lo sugerido y lo gritado, lo significado, lo vislumbrado...


Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Rudolf Carnap (1891-1970) defendió, con Otto Neurath, la unidad de la ciencia, que necesitaba de un lenguaje fisicalista universal construido a partir de enunciados básicos de observación: los llamados enunciados protocolarios. En su Sintaxis lógica del lenguaje (1934), se propuso la construcción de un lenguaje lógico formalizado que pudiera servir como lenguaje fisicalista universal de las ciencias, de modo que todo enunciado significativo podía ser traducido a ese lenguaje; en este contexto, todo problema de tipo filosófico no podía tratar de otra cosa que de la sintaxis de este lenguaje. Distingue, así, tres tipos de oraciones: oraciones de objeto (‘la rosa es roja’, propias de las ciencias empíricas; oraciones sintácticas (‘rosa’ es sustantivo) y oraciones pseudo-objeto (‘la rosa es una cosa’); estas últimas parece que tratan de realidades, como las primeras, cuando de verdad son meramente sintácticas, con el disfraz de oraciones de objeto: así son los problemas filosóficos”.

Así comienza, a modo de poética asumida y subrayada, el último libro de poemas de Álvaro Pombo, precisamente titulado Los enunciados protocolarios. El título del libro no podía ser más preciso para definir y asumir el tipo de poemas con los que el lector va a encontrarse. Los poemas que aquí deja Álvaro Pombo son, o tienen vocación de ser, enunciados básicos de observación. Y lo observado por el poeta Álvaro Pombo y destilado en palabras poéticas, o mejor dicho, en sintaxis poética de enorme potencia verbal y simbólica, es su propia vida: la memoria conservada y asumida de su propia vida, es decir, de la vida según Pombo, puesta en escena ética y estética del poeta santanderino.

Álvaro Pombo: Los enunciados protocolarios (Fundación José Manuel Lara, 2009)

Álvaro Pombo: Los enunciados protocolarios (Fundación José Manuel Lara, 2009)

Lo ha dicho él a la mínima oportunidad que ha tenido: “mis libros de versos coinciden con el cierre y resumen de periodos de mi existencia”. Desde un punto de vista estrictamente cronológico sus dos primeros libros de versos vendrían a condensar los enunciados básicos del periodo que clausura su juventud: Protocolos (1973) y Variaciones (1977). Su siguiente titulo coincide con el comienzo de la primera madurez, Hacia una constitución poética del año en curso (1980). Y finalmente, Protocolos para la rehabilitación del firmamento (1992), señala enmarca los resultados poéticos de la plena madurez. Todos estos libros se publicaron reunidos en un solo volumen hace unos pocos años, a modo de primeras poesías completas: Protocolos (1973-2003).

Estos enunciados protocolarios creo que aluden al uso de un lenguaje que comunica, por parte del poeta, la observación existencial (con evidentes rasgos de pensamiento metafísico) realizada ya en y desde la vejez. En este sentido no juzgo un completo disparate el aventurar que la poesía de Pombo es su autobiografía, una autobiografía encriptada por un lenguaje construido a modo de protocolo poético, es decir, como un conjunto o sistema de reglas utilizadas para llevar a cabo una comunicación consigo mismo (en primer lugar), y con el otro/los otros en segunda instancia, siempre en términos de memoria poética.

En este sentido, la poesía como sistema/lenguaje para ordenar y significar por dentro y por fuera la observación, la memoria de la observación (la poesía como mejor y más eficaz traducción cosificada y lógica de lo observado-vivido-soñado-pensado…, de la memoria), encuentra en el poeta Álvaro Pombo a uno de sus cultivadores más conscientes y arriesgados del panorama poético español, a uno de los poetas más preocupados por pensar el lenguaje como herramienta exploratoria, como código, protocolo mayor y mejor para fisicalizar tanto lo real empírico como lo soñado. La poesía, idea también muy de María Zambrano y muy arraigada en la forma de pensar en español, como forma de pensar, como pensamiento, como filosofía eficaz e integradora.

***


Última reseña de Juan Antonio González Fuentes en Ojos de Papel:

-Guillerno Cabrera Infante: La ninfa inconstante (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2008)


Comentarios
18.11.2009 1:30:10 - diana de la cruz













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