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miércoles, 10 de marzo de 2010
La respuesta de Robert de Niro a los medios de comunicación. La cortina de humo
Autor: Iván Alonso - Lecturas[6662] Comentarios[0]
Si la película “la cortina de humo” deja al descubierto el cinismo de la política estadounidense, también refriega a los medios de comunicación, quienes en ningún momento se molestan en comprobar la veracidad de la información (y sería fácil) sino que se prestan a hacer de altavoz al poderoso




Iván Alonso es historiador y periodista

Una de las películas políticamente más divertidas fue la que en 1997 escribió el genial David Mamet, dirigió Barry Levinson y que en España se tituló La cortina de humo (Wag the Dog). Creo que el argumento es de sobra conocido: en la recta final de unas elecciones presidenciales, el acosado presidente de Estados Unidos, metido hasta las cejas en un lío de faldas con una becaria, aprueba que sus subordinados se inventen una guerra con Albania para distraer la atención de los votantes y conseguir revalidar el cargo. Un productor de cine será el encargado de servir a los medios de comunicación la inmensa bola proporcionándoles imágenes, héroes y víctimas. Todo Made in Hollywood.

Si la película deja al descubierto el cinismo de la política estadounidense, también refriega a los medios de comunicación, quienes en ningún momento se molestan en comprobar la veracidad de la información (y sería fácil) sino que se prestan a hacer de altavoz al poderoso. Aunque Mamet y Levinson pretendían denunciar la descarada hipocresía de la Administración Clinton, que reiteradamente bombardeó diversos países para ocultar los escarceos amorosos de la Casa Blanca, los años que habrían de venir inclinarían la balanza del filme contra la prensa. En esas cadenas de televisión que insensatamente reproducen los vídeos de inventadas huerfanitas huyendo de francotiradores imaginarios o cuentan la historia del fantasmagórico marine perdido tras las líneas después de la también irreal retirada del Ejército yanqui, se anticipa el comportamiento de los medios ante la guerra de Irak, su crédula aceptación de un conflicto desatado por un puñado de mentiras.



Fragmento de La cortina de humo, película de Barry Levinson (vídeo colgado en YouTube por gamusinio)

Que los medios pueden llevar a distorsionar la realidad de un modo lesivo y grave no hace falta que nos lo recuerde Malcolm X. Es un hecho. El ciudadano de la sociedad mediática posee numerosas herramientas, en principio, para comunicarse y recibir noticias, pero estar informado sigue siendo una profesión de élites culturales. Los discursos organizados de los telediarios o los periódicos, fuertemente ideologizados, no sirven para formarse una idea seria y profunda de la realidad. El dudoso interés informativo que pueden tener una nueva videoconsola, un enésimo pase de modelos o el hecho incontestable desde que el mundo es mundo de que nieva en invierno y hace calor en verano, birla tiempo de información al ciudadano, que debiera tener la oportunidad al menos de adquirir una mínima base informativa sin tener que recurrir a publicaciones especializadas de fondo de librería.

Tal oportunidad ha sido escamoteada en favor de los intereses publicitarios y de la necesidad de ocultar parte de la verdad. En vez de proporcionar noticias fundamentadas, contrastadas y buscando bucear en sus raíces, se sirve una papilla histérica que divide el mundo entre potencias del bien y potencias del mal, entre sujetos cargados de moral y súcubos amorales merecedores de todo castigo. En medio, una ristra sin fin de catástrofes naturales que se suceden una tras otra robándose los primeros planos, llamando a los medios que parecen realizar una carrera de fondo, de un lado a otro del planeta, cargando cámaras y focos.

¿Qué sabemos en realidad de las penalidades de Haití y Chile? ¿Qué del famoso programa nuclear iraní? ¿Qué de cómo marchan unas guerras de Afganistán e Irak donde civiles y militares pierden la vida? Nada. Tres minutos en el Telediario con suerte, si ese día no hay fútbol, y alguna página de periódico para esa inmensa minoría que lee enteras las crónicas internacionales. Con eso, parece, se puede forjar una opinión pública. “¿Qué vio usted de la guerra del Golfo?”, pregunta al productor en La cortina de humo el asesor de la Casa Blanca interpretado por Robert de Niro. “Una bomba cayendo por una chimenea”. 
 

***


Últimas colaboraciones (Marzo 2010) de Iván Alonso en la revista electrónica Ojos de Papel:

LIBRO: Roberto Bolaño: El Tercer Reich (Anagrama, 2010)

LIBRO (febrero 2010):
José María Mijangos: Soul Man (Lengua de Trapo, 2009)



NOTA: En el Blog de Iván Alonso se podrán leer los textos clasificados tanto por temas (artes, autores, cine, música, sociedad y periodismo) como cronológicamente.

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