"La poesía de Veyrat nos obliga a un delicioso ejercicio higiénico, nos obliga a pensar, no sobre el poema, sus orígenes o su razón de ser --¡Como si eso tuviera ahora alguna importancia! Tampoco sobre sus efectos en el resbaladizo terreno donde cualquier salto entre las ramas del conocimiento intenta prescindir de, cuando no disimularlo, su carácter de interpretación. La poesía de Veyrat nos obliga a pensar desde el interior mismo del poema. A arder para conocer. Purificación por el fuego." (Jaun Planas Bennásar)