Martin Amis: <i>El segundo avión. 11 de septiembre: 2001-2007</i> (Anagrama, 2009)

Martin Amis: El segundo avión. 11 de septiembre: 2001-2007 (Anagrama, 2009)

    TÍTULO
El segundo avión. 11 de septiembre: 2001-2007

    AUTOR
Martin Amis

    EDITORIAL
Anagrama

    TRADUCCCION
Eliseo Munroe

    OTROS DATOS
Barcelona, 2009, 240 páginas, 16,50 €




Reseñas de libros/No ficción
Martin Amis: El segundo avión. 11 de septiembre: 2001-2007 (Anagrama, 2009)
Por Francisco Fuster, viernes, 2 de octubre de 2009
Dice un vieja máxima de resonancias marciales, que la grandeza de un hombre se mide por la cantidad y la calidad de sus enemigos, por el número y el nombre de sus oponentes. De cumplirse este axioma, es innegable que, en el caso de Martin Amis, nos encontramos ante uno de los grandes escritores del panorama literario internacional. Amis es la excepción que puede confirmar y confirma, aquello de que el más preciado tesoro del que puede gozar un escritor son sus lectores. En el caso de este novelista de Oxford, podemos decir perfectamente que sus numerosos y conspicuos enemigos, esos críticos y detractores cuya antipatía ha sabido granjearse son, sin duda alguna, su gran patrimonio y su mejor aval. La última muestra de la inigualable capacidad de Amis para epatar y enfurecer al mundo de las letras británico e internacional, la hemos visto con ocasión de la publicación de The Second Plane (2008), una antología de textos sobre los atentados del 11S que acaba de publicar en español la editorial Anagrama bajo el título El segundo avión. 11 de septiembre: 2001-2007.
Decir de Amis que es un provocador incorregible, un fanfarrón egocéntrico y narcisista, es no decir nada nuevo. Ya desde sus primeras y tempranas novelas, Amis sorprendió a propios y extraños con un estilo literario personalísimo, profundamente imbuido de esa flema británica que le es tan propia y de esa ironía sarcástica que domina con maestría. Aunque de estirpe noble (hijo del gran escritor Kingsley Amis) y educación elitista (como egresado de Oxford que es), Amis rompe pronto la baraja de la corrección política y las buenas formas imperantes entre la aristocracia literaria inglesa y se sitúa en las antípodas de ese establishment teóricamente predestinado a cobijarlo. Durante los años setenta y ochenta pasea con orgullo el título de enfant terrible de la literatura anglosajona y se dedica a lo que más le gusta: escrutar y criticar todo lo que se mueve a su alrededor, usando su ágil y afilada pluma como escalpelo inclemente hasta no dejar títere con cabeza. En definitiva, y como recoge el título de uno de sus mejores trabajos, emprende una cruzada literaria contra el cliché y los prejuicios, contra la convención y el protocolo. Resultado de esta larga y solitaria guerra, de este nadar y nadar contra la corrupción de la corriente, será la consolidación de Amis como uno de los grandes de la literatura inglesa contemporánea, gracias a novelas como La casa de los encuentros (2008), o volúmenes de ensayos como El infierno imbécil (2008) o el ya citado, La guerra contra el cliché (2003).

En los últimos tiempos, sin embargo, el gremio literario se la ha quedado corto a un Amis que, cansado y aburrido de las refriegas con unos colegas hastiados ya de sus boutades y ocurrencias, ha abdicado de esa pose de Bad Boy de la letras que le hiciera célebre y se ha convertido en un polemista tout-court, dispuesto a opinar sobre lo divino y lo humano. Entre los numerosos reinos que Amis ha decidido incluir en su mundo, destaca por encima de todos, el de su otrora secundario interés por la política y sus protagonistas. Adoptando la actitud crítica del intelectual comprometido, al más puro estilo sartreano, Amis ha intervenido de oficio expresando su parecer sobre los temas más variopintos, la mayoría de las veces – huelga decirlo – sin ser invitado a ello y – cómo no – posicionándose contra la opinión dominante, sea cual fuere ésta y caiga quien caiga. Resumen perfecto de toda esta trayectoria y del momento actual de Amis es El segundo avión.

Amis ve similitudes entre los cultos totalitarios europeos y el islamismo más radical. Ambos regímenes son según él: antisemíticos, antidemocráticos, antiprogresistas, antiindividualistas y, por encima de todo, enemigos acérrimos de la razón

Lo aquí se recogen son un total de quince textos: doce ensayos (algunos de ellos son reseñas de libros y alguna película), dos relatos de ficción y una crónica de los viajes que hizo Amis en 2007 acompañando a Tony Blair a Belfast, Washington, Bagdad y Basora. Los textos, ordenados en el libro por orden cronológico, fueron publicados entre el año 2001 (el primero, que data del 18 de septiembre, está escrito justo una semana después de los atentados de las Torres Gemelas, todavía bajo los efectos del shock provocado por la catástrofe) y el año 2007 (el último texto está publicado el 11 de septiembre de 2007, sexto aniversario de los atentados), en medios británicos y americanos como The Times, The Observer, The Guardian, The New Yorker y The New York Times.

Desde la primera página del libro, Amis no esconde sus cartas y ya en una nota introductoria se confiesa totalmente contrario a lo que él llama “islamismo”: “«es usted islamófobo?», me preguntaron una vez. La respuesta es no. Lo que soy es islamismófobo, o mejor, un antiislamista, porque una fobia es un miedo irracional, y no es irracional temer algo que dice que quiere darte muerte” (p. 10). En este sentido, y aunque los críticos del libro hayan obviado este extremo y hayan dicho de Amis que es un racista y xenófobo que va en contra de todo el Islam en su conjunto, hay que decir que Amis distingue entre el Islam moderado (silenciado según su visión por el sector más extremista) y el Islam más radical, basado en aquello que algunos llaman fundamentalismo o integrismo religioso ultraortodoxo.

Para entender la visión de Amis sobre el Islam y no juzgarla de forma parcial y deshonesta, sacada de contexto, debemos primero comprobar cuál es su idea de la religión en general, no sólo de la religión de Mahoma. En varios pasajes del libro, Amis usa su peculiar estilo de argumentar para teorizar sobre la religiosidad del ser humano y llega a la conclusión, deudora en parte de los planteamientos de su buen amigo Cristopher Hitchens, de que el hombre es más un animal de creencias que un animal racional. El siglo XX, citado en los manuales como el “siglo de las ideologías” es, según Amis, un paréntesis breve, un excurso en una larga trayectoria de la Humanidad marcada en todo momento por el predominio de la religión sobre la razón. El protagonismo actual del Islam a nivel político internacional, concluye Amis siguiendo en parte las teorías del orientalista Bernard Lewis, no sería otra cosa que la demostración de esta naturaleza religiosa e irracional del ser humano y la constatación de la importancia del elemento religioso en el terreno de lo político.

Amis ve similitudes entre los cultos totalitarios europeos y el islamismo más radical. Ambos regímenes son según él: antisemíticos, antidemocráticos, antiprogresistas, antiindividualistas y, por encima de todo, enemigos acérrimos de la razón

En contra de esa izquierda progresista y políticamente correcta frente a la cual se posiciona, Amis afirma que profesa un total respeto por el Islam y por Mahoma, pero un total desprecio por el islamismo (ya digo que hay que leer “islamismo radical”). Para Amis, el problema principal de este tipo de islamismo es que actúa según un código de conducta basado en el desprecio de la vida y de la muerte, que no entra dentro de los esquemas mentales de una civilización occidental que se encuentra indefensa y sin respuesta ante formas de luchas como los ataques suicidas o la Yihad perpetua. Esta indiferencia ante la muerte, dice Amis tomando como referencia la obra de Paul Berman Terror y Libertad, tiene un claro precedente en dos figuras bien conocidas para los europeos: Hitler y Stalin. Amis ve similitudes entre los cultos totalitarios europeos y el islamismo más radical. Ambos regímenes son según él: antisemíticos, antidemocráticos, antiprogresistas, antiindividualistas y, por encima de todo, enemigos acérrimos de la razón. A todo esto, el islamismo radical añadiría otro elemento, el más importante de todos para Amis: un innegociable carácter misógino, basado en lo que él denomina “imperio del varón coránico”, esto es, la total sumisión de la mujer musulmana al hombre, basada en esa fuente de autoridad que es el Corán.

Del libro destaco por encima del resto, cuatro trabajos. “El segundo avión”, texto en el que se narra la secuencia del impacto de los cuatro aviones suicidas, por ser una reflexión escrita con el corazón todavía caliente, sólo una semana después de los atentados, y en pleno proceso de asimilación de unos hechos cuya mise en scène, dice Amis, “habría resultado embarazosa en cualquier storyboard de cualquier ejecutivo de estudio cinematográfico o en el cuaderno de notas cualquier guionista de thrillers” (p. 14). Amis llama al 11/S “la apoteosis de la era posmoderna”; una tragedia del tal magnitud que obligó a todos los escritores de ficción – como el propio Amis – a “salir de su ensoñación solipsista: a ocuparse – del mejor modo que sabían – de los hechos de la vida. Pues la política – definida una vez como «lo que está sucediendo» – llenó súbitamente el cielo” (p. 23). El otro ensayo importante para mí es “Terror y aburrimiento”, un largo artículo de cincuenta páginas en el que Amis expone una personal teoría según la cual, el terrorismo va siempre ligado al aburrimiento. Es el texto más largo e ideológico del volumen, aquel en el que Amis ataca más rotundamente la naturaleza del islamismo. Junto a estos dos, es necesario destacar los dos relatos de ficción de esta antología, quizá el terreno en el que el autor muestra su lado más brillante. En el primero de ellos – “En el Palacio del Fin” – Amis reconstruye la historia de uno de los dobles oficiales del hijo y sucesor de un dictador islámico (no lo cita, pero se refiere sin dudas a Saddam Hussein). Mediante una especie de monólogo consigo mismo, este doble nos cuenta su vida como sucedáneo del heredero: la agitada vida sexual y los excesos hedonistas por una parte; y los tormentos y las cargas de tener que padecer todas las mutilaciones de que es objeto el hijo del dictador en los atentados que contra él se cometen. El otro relato – “Los últimos días de Mohamed Atta” – es una pormenorizada narración de las últimas horas de vida del terrorista suicida Mohamed Atta; desde que despertó esa mañana del 11 de septiembre hasta que impactó el avión que había secuestrado. Amis reconstruye en clave freudiana y con bastantes licencias por su parte, una hipótesis de lo que pudo pensar y sentir el terrorista.

Para el autor, la peor consecuencia de los atentados, que afecta por igual a americanos y a no americanos, es la pérdida de una sensación de protección que de forma ilusoria pero eficaz hasta ese día, sentíamos los seres humanos

Así pues, y aunque el protagonista teórico del libro sea el 11/S, sería absurdo negar la evidencia: el auténtico leiv motiv de El segundo avión es el Islam y la opinión de Amis al respecto. Este es el nudo gordiano de este conjunto de ensayos y reseñas, y el tema que ha provocado ataques furibundos contra Amis desde todos los frentes, cosa que por otra parte, no deja de ser lo que el autor pretendía. Nadie – o casi nadie – ha dicho nada, de las críticas que Amis dirige contra los Estados Unidos. Amis reconoce que el 11/S fue el resultado del odio que Occidente inspira en los países islámicos. En el caso de Estados Unidos, esa inquina se “justifica” por varias razones evidentes a los ojos del pueblo musulmán. En primer lugar, por la existencia de esa extraña pareja que forman Estados Unidos y el Estado de Israel. Y en segundo lugar, por varias de las características nacionales americanas (Amis cita la autosuficiencia, el patriotismo exacerbado y lo que él llama “eterna falta de curiosidad geográfica”) que, en opinión del novelista oxoniense, han dado lugar a un “déficit de empatía para con las gentes distantes”. En cualquier caso, la triste consecuencia de unos sucesos llamados a marcar la historia, es que el mundo ya no es igual que antes del 11/S. Para el autor, la peor consecuencia de los atentados, que afecta por igual a americanos y a no americanos, es la pérdida de una sensación de protección que de forma ilusoria pero eficaz hasta ese día, sentíamos los seres humanos: “Los padres americanos lo sentirán con más intensidad, pero también nosotros lo sentiremos. La ilusión es la siguiente: las madres y los padres necesitan sentir que pueden proteger a sus hijos. No pueden, por supuesto, y jamás podrán, pero necesitan sentir que sí pueden. Lo que un día pareció más o menos imposible – su protección –, ahora se nos presenta como obvia y palmariamente inconcebible. Así que de ahora en adelante tendremos que arreglárnoslas sin esa necesidad de sentir” (p. 18).

A nivel de repercusión e impacto en los medios, el libro de Amis ha logrado sobradamente el objetivo de provocar las iras de unos y los aplausos de otros, como era previsible. Amis no deja indiferente a nadie y, ni los que lo veneran quieren renunciar a loar las bondades de su prosa, ni los que lo abominan se pueden resistir a mortificarlo con sus críticas. La crítica literaria de The New York Times, Michiko Kukatani, una de las mejores del periódico y sin duda la más temida, por la severidad de sus juicios, ha dicho de El segundo avión que es “un libro flojo, irrisorio y a menudo objetable, que el lector termina de leer convencido de que el Sr. Amis debería limitarse a escribir ficción y crítica literaria, puesto que, con estos ensayos, él mismo se desacredita perfectamente como comentarista político o social”. Nada menos. En Gran Bretaña, el debate entre partidarios y detractores de Amis es todavía más evidente. Periódicos como The Guardian, The Observer o The Times (justamente los tres donde Amis publicó originalmente los artículos que forman el libro) le han dedicado críticas realmente tibias, sin mojarse más de la cuenta, y como con miedo a la posible reacción del autor. Otros como The Sunday Times o The Thelegraph, que ya ven a Amis como un traidor perdido para la causa británica, han arremetido con dureza contra lo que consideran un libro efectista en las formas pero carente en absoluto de conocimientos y argumentos sobre el tema del Islam. Peor es lo de la London Review of Books (donde incluso llegó a escribir en su día el propio Amis) que, de un tiempo a esta parte, se ha sumado al club de los ofendidos y en el caso de este libro – hasta donde yo sé –, ya ni siquiera le ha dedicado un crítica.

En definitiva, y al margen de estos avatares de la crítica y el mundo editorial, El segundo avión de Martin Amis es un libro peculiar, como su autor. Amis no es el primer novelista en acercarse al fenómeno del 11/S; antes que él, autores como John Updike con Terrorista, Ian McEwan con Sábado o Don DeLillo con El hombre del salto, abordaron desde la literatura, el episodio que ha marcado la historia reciente de los Estados Unidos y del mundo globalizado. Sin embargo, el aire conradiano del análisis de Amis, esos ojos occidentales con los el autor mira una realidad que no deja de serle distante, convierten a El segundo avión en la primera aproximación profunda hecha por un escritor europeo (con mentalidad y prejuicios europeos) al fenómeno del 11/S. El libro es Amis en estado puro; de eso no hay duda. Nadie niega que hay teorías forzadas que rozan la paradoja, opiniones contradictorias y juicios arbitrarios y de dudosa base empírica; nada nuevo en Amis cuando se trata de temas que no domina como un experto. Ahora bien, nadie puede negar tampoco que junto a esta cara de la moneda se encuentra la otra, la mejor de Amis. Y lo mejor de Amis es, sin duda, el virtuosismo de su estilo literario. Con una pluma en la mano, Amis es un consumado orfebre del lenguaje, inventor incansable de neologismos (en este libro habla de “horrorismo” en vez de “terrorismo”) y dueño de un prosa capaz de retorcerse hasta límites insospechados, siempre en busca de la belleza formal y el equilibrio, de ese inimitable estilo al que tantos y tantos lectores hemos sucumbido.