Armand Mattelart: <i>Diversidad cultural y mundialización</i> (Paidós, 2006)

Armand Mattelart: Diversidad cultural y mundialización (Paidós, 2006)

    AUTOR
Armand Mattelart

    GÉNERO
Ensayo

    TÍTULO
Diversidad cultural y mundialización

    OTROS DATOS
Traducción de Gilles Multigner. Barcelona, 2006. 177 páginas. 12 €

    EDITORIAL
Paidós



Armand Mattelart

Armand Mattelart

Bernabé Sarabia es Catedrático de Sociología de la Universidad Pública de Navarra

Bernabé Sarabia es Catedrático de Sociología de la Universidad Pública de Navarra


Reseñas de libros/No ficción
Armand Mattelart: "Diversidad cultural y mundialización" (Paidós, 2006)
Por Bernabé Sarabia, jueves, 1 de junio de 2006
Profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación en la Universidad Paris-VIII e investigador de la Maison des Sciences de l´Homme Paris-Nord, Armand Mattelard culmina con esta obra una más que interesante serie de seis libros en torno a la comunicación y la cultura contemporáneas. La primera entrega de esta serie –publicada en Francia por ediciones La Découverte y por la editorial Paidós en España- es un volumen titulado La publicidad. Se trata de un texto que apareció en 1990 y que en sus sucesivas ediciones –la última del año 2000- se ha visto revisada y ampliada.
La publicidad plantea el gigantesco crecimiento, por no decir hipertrofia, que ha hecho del universo del anuncio uno de los grandes mitos de la cultura de masas y ha convertido el consumo en uno de los ejes del actual postcapitalismo. Vicente Verdú y Pablo Nacach vienen señalando con agudos argumentos este crecimiento desmesurado del discurso publicitario, pero a quien tenga alguna duda sólo hay que recomendarle que se pare a pensar en la proliferación de los periódicos gratuitos en Europa.

En su segunda entrega, copublicada con Michèle Mattelart, Historia de las teorías de la comunicación, Mattelart se pregunta dónde se puede situar el comienzo del pensamiento organizado sobre la comunicación. Para responder a esta pregunta estudia y analiza contribuciones tan diversas como las de Marshall McLuhan, Habermas, Roland Barthes o los Cultural Studies del Centro de Birmingham. Establecido el mapa internacional de las distintas corrientes, tendencias y escuelas, Mattelart disecciona las idas y venidas de las diversas problemáticas.

La clarividencia de Mattelart reside en percibir con claridad la posición central de la cultura en el proyecto de una sociedad global

En un mundo globalizado se hacía indispensable la siguiente entrega: La mundialización de la comunicación. Esta reflexión de Mattelart en torno a la generalización de la interconexión de las economías y las sociedades plantea los efectos que las redes de comunicación en tiempo real están teniendo en la configuración de los nuevos modos de organización del planeta. Este es sin duda el libro menos lúcido de la serie, ya que Mattelart no acaba de perfilar ni las características ni el resultado de la marcha de la humanidad hacia un estadio de integración.

Consciente, quizá, de los huecos que dejaba La mundialización de la comunicación, Mattelart publica en 2001 en Francia y en 2002 en España, Historia de la sociedad de la información. Esta es una mirada genealógica de la sociedad de la información cuya tesis básica es que “el determinismo tecnomercantil engendra una modernidad amnésica y exenta de proyecto social”. Aquí el viejo izquierdista contempla la transmutación de la idea de progreso sin fin y sin límites en la de una comunicación sin fin y sin límites. Ante lo que este sesentayochista ve como un peligroso e invasivo determinismo tecnomercantil, su recomendación es “reapropiarse de las nuevas tecnologías construyendo una alternativa a la sociedad de la información”. Una alternativa ajena, por supuesto, a la globalización neoliberal del mercado.

Rechazado el mercado como fuerza motriz e ideológica de la sociedad de la información, Mattelart traza en colaboración con Eric Neveu un giro que contribuye a dar sentido a sus textos anteriores. Introducción a los estudios culturales plantea el análisis de las relaciones entre el medio social, la edad, el género, la identidad o el origen étnico con la cultura. En un esfuerzo trandisciplinar, algo muy característico de Mattelart, este libro indaga los límites políticos de los asuntos culturales y muestra el lugar que ocupa la cultura en la actualidad. Acierta el autor cuando afirma que las redes e industrias de la cultura y de la comunicación están en el origen de nuevas formas de construcción del poder. De ahí que los conflictos en torno a la excepción cultural, el nacionalismo, el derecho moral de los autores, o la “gobernancia” del ciberespacio hayan alcanzado tanta relevancia.

El culto de la información difuminaría la cultura y la memoria. La producción de sentido quedaría en un segundo plano. De este modo se establece la relación entre sociedad de la información y fin de las ideologías

Esta última entrega de Mattelart apareció en Francia el pasado año, y viene a cerrar, completar y dar sentido a un ciclo de obras de excepcional interés para entender de qué está hecho y cómo funciona el mundo del siglo XXI. Diversidad cultural y mundialización plantea el tránsito de la cultura a la comunicación, de la cultura a lo cultural, del pueblo al público, del ciudadano al consumidor. Dicho tránsito está realizado desde una mirada geopolítica en la que Europa y Estados Unidos ocupan posiciones y defienden intereses distintos. La clarividencia de Mattelart reside en esta obra en percibir con claridad la posición central de la cultura en el proyecto de una sociedad global. Las redes culturales, las industrias de la cultura, la comunicación, la información y el entretenimiento constituyen el eje entre la filosofía del servicio público y el pragmatismo del libre juego de la competencia.

No es precisamente optimismo lo que rezuma Diversidad cultural y mundialización. Para su autor, tras la caída del Muro de Berlín en 1989 se ha pasado de un régimen de historicidad a otro en el que el “presentismo” producido por la sociedad de la información crea constantemente acontecimientos con los que absorber la capacidad individual y social de reflexión. El culto de la información difuminaría de este modo la cultura y la memoria. La producción de sentido quedaría en un segundo plano. De esta forma se establece la relación entre sociedad de la información y fin de las ideologías. El intelectual contestatario quedaría transmutado en intelectual positivo orientado hacia la toma de posiciones y frecuentador de los distintos medios de comunicación. Al mismo tiempo, el discurso de las identidades se adelanta al discurso del principio de igualdad como objetivo prioritario de la acción política.

Nacido en Bélgica en 1936, Mattelart se une a una comunidad de monjes seculares tras los estudios de bachillerato. En Lovaina estudia Derecho y Ciencia Política, y posteriormente Demografía en París. Nombrado experto del Vaticano en políticas de población, se instala en Chile en 1962 en la Pontificia Universidad Católica. Comienza a interesarse por la comunicación y publica en 1971 junto con el argentino Ariel Dorffman un auténtico clásico en los estudios de comunicación: Para leer el pato Donald. Compañero de viaje del Partido Comunista, regresa a Francia en 1973 tras el golpe de Pinochet y se establece en la universidad Paris VIII.

Ha cambiado mucho el mundo desde Para leer el pato Donald. Ya no es necesario hacer análisis de contenido para entender el mensaje del Tío Gilito. Sin embargo, lo que se hace urgente es estudiar, analizar, e incluso participar, en ese vector transformador y potente constituido por la cultura y la comunicación. Por eso, con el debido espíritu crítico, leer este último texto de Mattelart, culminación de una extensa obra en torno a la comunicación, es avanzar en el entendimiento de cómo transcurre y se va a desarrollar el siglo XXI.