Panorámica del Faro de N’Ensiola
Las paradojas del destino
salvaron de las garras del progreso a este archipiélago situado al sureste de la
isla de Mallorca. Te recomendamos que comiences la visita al espectacular
universo natural que rodea al archipiélago en la
Colonia Sant
Jordi, a 53 km de
Palma, donde se encuentra el
Centro de Visitantes "Ses Salines" del Parque Nacional de
Cabrera.
Llegar hasta el centro es fácil: a la entrada del
pueblo sigue las indicaciones que conducen hacia el puerto y la
playa
des Port. A un centenar de metros del muelle divisarás el moderno
complejo, inaugurado en julio de 2008. El acceso al mismo es gratuito aunque en
las épocas de mayor afluencia de público, como los meses de verano, se organizan
turnos de entrada. Cuenta con un interesante aquarium subterráneo y, además, en
él se hace un detallado repaso a las especies de flora y fauna características
de un archipiélago que cuenta con dos islas principales,
Cabrera y
Conejera, y un conjunto de quince
islotes que, en total, suman apenas 13 km2 de superficie sobre las aguas
turquesas del Mediterráneo. Sin duda, de la fauna terrestre, sorprenden las diez
subespecies diferentes de lagartija balear que se distribuyen entre los
diferentes islotes. Una fauna esquiva que acompañará tus pasos por la isla de
Cabrera, la única que se puede recorrer a pie del Parque
Nacional.
Excursiones al archipiélago de Cabrera. Sólo
tendrás una forma de llegar hasta el Parque Nacional y es embarcándote con
algunas de las empresas que realizan la travesía diaria hasta el puerto de
Cabrera desde Colonia Sant Jordi. Una de ellas es
MarCabrera
(Tel. 622 574 806). Utilizan unas embarcaciones rápidas que en apenas 20 minutos
de fulgurante navegación llegan hasta Cabrera. Organizan varias salidas a lo
largo del día con dos opciones: la que desembarca en su pequeño muelle y te
posibilita recorrer la isla durante cuatro horas y media y, también, otra que
recorre el perímetro marino del Parque Nacional (el consejo si vas a realizar
esta última es que preguntes en la caseta de información por la que te permitirá
disfrutar de la puesta de sol). Normalmente al regreso se hace un alto en
sa
Cova Blava, una gruta submarina en la que darse un chapuzón. Otro consejo:
lleva contigo unas gafas de bucear para disfrutar del bello espectáculo del
fondo marino dentro de la gruta.
Itinerarios. Al desembarcar en
la ensenada natural del puerto de Cabrera te recibirá el personal de la empresa
Tragsa, encargada de velar por los visitantes al Parque Nacional. Ellos
informan sobre las características del espacio natural, la situación del museo y
las opciones senderistas permitidas. Sólo hay un punto de avituallamiento en
toda la isla, la cantina del puerto. Aprovecha para comprar el agua que
necesites para tu caminata. La primera ruta, la más sencilla, asciende hasta el
castillo, del siglo XIV. Tómate con calma la empinada subida y pronto
disfrutarás de unas panorámicas únicas sobre la ensenada. Te resultará difícil
no imaginar las idas y venidas de los piratas, Barbarroja a la cabeza, por estas
aguas.
El itinerario terrestre más interesante es, sin duda, el que
conduce hasta el
faro de N’Ensiola, en el extremo suroccidental de
Cabrera. El camino a seguir no admite confusión: desde el puerto toma la pista
de tierra que conduce, bordeando la ensenada, hacia las Cases de Pagès y la
playa de S’Espalmador. Antes de la playa, a tu izquierda, nace el sendero
que lleva hasta la necrópolis, el monumento a los prisioneros franceses (que
fueron confinados y abandonados a su suerte en la isla tras la batalla de
Bailén, en el año 1.808) y al
Museo Etnográfico Es Celler.
Continúa bordeando la playa de S’Espalmador: dejarás a tu derecha, casi
sobre la orilla, los restos de unas viviendas construidas por los prisioneros, y
pronto enfilarás por una pista asfaltada que sube en zig-zag hacia el pequeño
collado desde el que se disfruta de las primeras panorámicas del faro de
N’Ensiola. El recorrido no tiene ninguna dificultad pero ida y vuelta te llevará
unas tres horas de caminata.
Playa de S’Espalmador