El
mismo día de la huelga en contra del retraso de la edad de jubilación
transcurrió la segunda edición de la Zombies Walk de Paris. No tenía ninguna
idea de lo que podría ser ésto. Fui acompañando a amigos míos que ya la
conocían, para tomar fotos. Creía que iban a ser 20 jóvenes disfrazados. No pude
quedar más sorprendida cuando llegando a Chatelet y buscando a mis amigos me
encontré en la calle con cuatro zombies, ¡ verdaderos zombies ! Los seguí por
una calle llena de cientos de zombies. Un camión salido de un Gulag tirando una
torre de control, portando dos zombies músicos y un remolque llevando el resto
de la banda de rock zombies. Detrás un tanque para las cervezas y más allá un
buggy con dos guerrilleros zombies tirados por una docena de zombies esclavos.
¡Y
empezó! Desde las tres de la tarde a las veinte horas atravesamos todo el centro
de Paris con un entusiasmo y una alegría comunicativos. Corriendo detrás de
niños, dejando besos ensangrentados en las vitrinas de las tiendas de moda del
barrio del Marais, atacando a los fotógrafos, buscando refugios sobre los techos
de los coches, y a toda persona con cara un poco perpleja. No me parece que
hubieran podidos pasar menos desapercibidos. Y, sin embargo, no olvidaron la
huelga “oficial”. Con carteles que llevaban escritos “La huelga hasta la
muerte”, o “Sarkozy estas acabado, los zombies están en la calle” o también “La
jubilación a los 600 años’.
Cuando ya no
hacemos caso de todas esas huelgas, cuando protestamos por todo, todo el tiempo,
sin tener otra alternativa real, ese es el problema, pues algunos al menos saben
encontrar alternativas en las protestas. Y saben pasar un buen momento en esas
horas de crisis de todo, de alertas terroristas o lo que sea. Pues esa tarde fue
una de las mejores que pasé en Paris y me parece buena idea compartirlo con
ustedes. ¡Hasta la muerte y justo después, aprovechemos!