El discurso oficial me pasma, debe ser porque soy un ácrata en política que
al único político a quien admiro es al Presidente Suizo porque jamás he sabido
ni su nombre ni siquiera de su físico, ni menos si cree o piensa en algo. No me
gustan los o las líderes, en todos y cada uno de sus discursos programáticos,
por lo demás bastante sencillos, solo entreveo fórmulas para alcanzar el Poder,
que en ningún caso va más allá que otorgar, siempre a un reducido grupo de
adictos, el dominio de unos pocos sobre la mayoría, el Poder y
Dinero.
Ese señor, negro, medio negro, y de materia gris de Harvard,
pagada por su abuela blanca y banquera (a esperar que no sea de los 6.000 bancos
que dicen quebrarán si el Estado no ayuda), o sea, un "perfecto americano" cuya
imagen encandila a decenas de millones de los más desfavorecidos de sus
compatriotas, ni tiene nada que ver con la situación española, o solo, en lo que
la agravó su País afectando al nuestro por su cadena de quiebras (que poco más o
menos puede compensarse por los capitales americanos perdidos en el
crack
local), no arreglará absolutamente nada de la cadena de desastres que el
crack de la Burbuja Inmobiliario Financiera ha iniciado en nuestro País,
por el momento paliado por la masiva inyección de euros y el aguante europeo. La
misma solución que allí con dólares controlados por el Senado. Pero los hábiles
demagogos de la Izquierda Española, los forrados por su posición en el Poder, si
antes encontraron el referente a sus males, producto de reales fechorías, ahora
pretenden jugar con si se desmonta Guantánamo o se retiran del Irak.
Yo
que conocí y sufrí un Guantánamo, o peor, durante tres años en la Modelo de los
80, acusado por el Ayuntamiento Socialista y Progresista de Barcelona, Narcis
Serra y Pascual Maragall, y tras el juicio me condenan a los tres años pasados
(ver
www.lagrancorrupcion.com), y
que Irak me queda lejos, mucho más que las diarias repercusiones que la
situación en España afecta mi pequeño y a ras de suelo entorno, con amigos que
quiebran, íntimos en el paro, sueldos y pensiones que crecen un 2,40 y la “vida”
mucho más, y con un turbio futuro por delante, no veo qué puede hacer Obama. No
creo que acabe con la voracidad de nuestras clases dirigentes, ni menos
transformar la Justicia en algo parecido a Justicia, ni borrar de la capa de la
tierra el Oligopolio Financiero Español… por muchas tropas que retire de Irak ni
Guantánamos que desmonte… más allá de alimentar la demagogia…
Rafael del
Barco Carreras, 26/01/2009