Emilio Ríos: "69 pétalos de amor" (Ediciones Carena, 2006)

Emilio Ríos: "69 pétalos de amor" (Ediciones Carena, 2006)

    NOMBRE
Emilio Ríos Ruiz-Esquide

    LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO
Bilbao, 1937

    CURRICULUM
Doctor en Filología Hispánica y Catedrático de Lengua y Literatura, ha dedicado casi toda su vida a la enseñanza, vocación que comparte desde siempre con la escritura. Ha publicado cinco libros y muchos artículos de crítica literaria. En cuanto a su escritura de creación, ha obtenido diversos premios y distinciones en los géneros de cuento, poesía, aforismo, novela corta y teatro.



Emilio Ríos

Emilio Ríos


Creación/Creación
Poemas
Por Emilio Ríos, martes, 3 de octubre de 2006
Es ésta la primera vez que Emilio Ríos se sumerge en las profundidades del poemario en prosa, intentando dar a este novedoso género una impronta de originalidad y de sentimiento en estado puro, que pueda llegar al lector de un modo perpendicular y desnudo.
28

Tienes la esbelta simetría de la araucaria.
Y tus miradas caen, como palomas
heridas, sobre la divertida procacidad de
mi húmedo césped. Tu sucesiva estampa
de gacela ornamenta de curvas el paisaje
callado. Sabes bordar el tiempo en el
espacio. Y en el altar sangrante de tus
labios me dejas adorarte, beso a beso. Es
una ceremonia deleitosa y apenas
confesable, que acaba con una estampación
en el recuerdo de toda aquella palpitada
fantasía.

Tu cuerpo amanece cada día en mi alma


29

Allí donde el mundo se rompe en odios
y ambiciones: tu sonrisa.
Allí donde campea el hambre, la miseria,
la envidia y el rencor, con todas sus
recetas: tu sonrisa.
Allí donde el otoño deja al invierno
desnudo de botánica: tu sonrisa.
Allí donde mis ojos están pidiendo a
gritos alguna bendición de amor: tu
horizontal sonrisa, que deshace los
témpanos y las murallas chinas.

Tu sonrisa es el heraldo de todo florecer


30

Quisiera descifrar ese milagro de cómo
pastoreas todos mis pensamientos, con el
raro esplendor de un alba eterna. Quisiera
yo explicarme por cuáles cánones, por
qué insólitos bocetos, han fundido las
piezas de tu cuerpo. Sólo sé que me
encuentro aposentado en ese laberinto de
azúcar del que nunca jamás desearé
encontrar la salida. Te sobra el cuerpo
para ser amada; y la palabra, para ser oída.
No estás arriba porque flotes, sino por
esa inteligencia enamorada que siempre te
corona. Pesas menos que el aire. Menos
que el alma.

Eres más hermosa que leer un libro


31

He buceado hasta el centro de mí
mismo. Gracias a las linternas de tus ojos
pude así descubrirme y tocar lo invisible;
medir esa insondable soledad que me
tenía atenazado. En tan vasto e interior
espacio no había sino lágrimas, telarañas,
olvidos. Cuando volví la vista a ti estrené
la luz y el sentimiento. Y el amor me regó
las entrañas y me inundó los ojos de
palacios.

Te quiero hasta el delirio
de las aristas de tu vientre



32

Me duele todo el cuerpo de abrazarte.
La sangre se me cuaja de quererte.
Contigo yo no temo ni a la muerte.
Y no quiero otro amor sino el de amarte.
Cuando no estás conmigo se me parte
el corazón en dos y quiero verte,
y entre mis labios otra vez tenerte,
y enamorarme tras enamorarte.
Qué cerca estoy de mí cuando te quiero.
Un mundo de belleza en ti palpita.
Y me siento feliz, loco y ligero.
Todo un edén azul se precipita
por tus ojos, que son como un sendero.
¡No existe una pasión tan infinita!

Transido de pasión


33

Mágico nido de trémulas libélulas del
mirar extasiado e hirviente del pozo azul
de los ígneos diamantes de tus ojos de
almendra...

Eres una metáfora sucesiva
de mi contemplación



34

Adonde llega el astro rey, allí comienza
la fuga de la noche. Como cuando tú te
acercas a mi corazón. Cierras los ojos: la
puesta de sol; abres los ojos: el crepúsculo
matutino. Tus ojos llenos de aforismos y
metáforas. De todos los silencios, el de
tus pupilas es el más enigmático. Y la
lluvia resbalando incansable por la
dulzura de tus labios. He bordado tu
estampa en mi retina. Tú que tienes la
belleza de un ocaso, pero con el frescor
de algunas madrugadas. Y acaricio tu
mano como se besa un ala. Y se ponen en
pie todas mis células y aplauden tu
hermosura. Yo amortizo mi vida simplemente
besándote. De tal modo de usar el
tesoro del tiempo no me arrepentiré.

El amor es un viaje que impide regresarnos


35

No hay nada más profundo que un
abrazo. Ni más germinativo. Cuando el
nuestro frutece sentimos el relámpago y
el trueno. Y un temblor que me parece el
rayo. El límite del mundo. El límite
también, enmascarado, de tu cuerpo y de
mi alma. Yo siento ardidamente que tu
alma es mi cuerpo y que es mi alma tu
cuerpo. Amor redondo y rojo, como una
dulce corona de sangre derramada. Un
arpegio de brazos y el remansado amor
que llena de paréntesis la vida. Vayamos a
ese amor y no volvamos nunca.

Amar es abrazarse enamoradamente


36

Primero, tu belleza salvaje y agresiva
electrochoca mi pecho. Y succiona toda
la lava ardiente que mi cuerpo enarbola.
Yo la siento brotar, interminable y
térmica, como un semen divino. Luego,
tu belleza serena, inexplorada, me lleva a
los jardines de la luz y el sosiego, de un
azul infinito en que me baño, me expurgo
y me depuro. Y te encuentro. Y después,
ya elevado, mi bolígrafo exulta. Y eyacula
racimos de metáforas, que quieren
conformar un universo nuevo.

Tu inspiración me crea
y le hace creador a mi cerebro


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Nota de la Redacción: agradecemos a Ediciones Carena y a su director, José Membrive, su gentileza por permitir la publicación de esta selección del poemario de Emilio Ríos, 69 pétalos de amor (2006).