lunes, 26 de mayo de 2008
La muerte y la doncella: Schubert, Polanski y Cuarteto Jerusalén
Autor: Juan Antonio González Fuentes - Lecturas[{0}] Comentarios[{1}]
Artes en Blog personal por Música
El joven Cuarteto Jersusalén acaba de grabar para el sello Harmonía Mundi una versión electrizada de una de las páginas más frecuentadas por los cuartetos, “La muerte y la doncella” de Franz Schubert, banda sonora de la película de Polanski de idéntico título

Juan Antonio González Fuentes 

Juan Antonio González Fuentes

Hay una película de Roman Polanski de planteamiento argumental muy interesante, aunque en mi opinión fallida en su resolución final. Se trata de La muerte y la doncella (1995), basada en la obra teatral de 1992 del chileno Ariel Dorfman, y protagonizada por Sigourney Weaver, Ben Kingsley, y Stuart Wilson.

La muerte y la doncella sitúa la historia en un país sudamericano indeterminado, el cual acaba de salir de una dura represión dictatorial y enfrenta el futuro con una recién estrenada democracia que trata de demostrar al pueblo que la justicia social es posible. Uno de los abogados del gobierno, antiguo estandarte de la revolución estudiantil, Gerardo Escobar, vive con su mujer, Paulina Lorca, aislados en una casa junto a un acantilado. Una noche lluviosa, con cortes de luz incluidos, se queda tirado con su coche y es auxiliado por un médico, el Doctor Roberto Miranda, quien lo acompaña a su casa. Cuál es la sorpresa de Paulina, asustada en principio con la irrupción del extraño, cuando descubre que el intruso es nada menos que el torturador que durante la dictadura la sometió a las más horribles vejaciones. Paulina decide vengarse, y construye un juicio forzado para arrancar a Miranda la confesión de su crimen, en una voluntad de liberarse de los fantasmas que sus horribles recuerdos le han dejado como secuela.

Paulina recuerda que cuando él la torturaba, siempre ponía música para que no se escucharán sus gritos y además para crear una determinada atmósfera, un determinado ambiente que confería a las torturas un punto desquiciado de refinamiento. La música era siempre la misma, una música que desde entonces la ha perseguido sin remedio en todo momento y donde quiera que estuviera. Se trata del primer movimiento del célebre cuarteto de Schubert La muerte y la doncella, una música hipnótica y de una “fuerza metafísica arrolladora”, que acaba de volver a ser grabada estos días por un joven cuarteto fundado en 1993 y que hoy ha logrado convertirse en uno de los mejores del mundo.
 
 
 
El Cuarteto de Jerusalem interpreta el scherzo del cuarteto La muerte y la doncella de Schubert (colgado en YouTube por Basskz)

El Cuarteto Jerusalén está formado por jóvenes intérpretes, y sin duda esta es una de las razones que explican que sus lecturas de “manoseados” pentagramas tengan una fuerza y vitalidad sorprendentes y de una frescura casi salvaje, versiones que recuerdan en parte a las realizadas hace mucho tiempo por otro célebre cuarteto en sus comienzos, el Melos Quartet.

La muerte y la doncella es una de esas partituras que establece la calidad de un cuarteto. Es una definitiva prueba de fuego que o bien hunde en las profundidades de lo consabido a la formación, o la encumbra a las alturas de los grandes. Pues bien, el Cuarteto Jerusalén logra en su reciente registro (Harmonia Mundi) una versión caracterizada por el vigor, el virtuosismo técnico, la vehemencia y unos cuantos toques de brusquedades ácidas que le resulta muy bien a esta pieza a veces interpretada de forma meliflua y blanda.

Estamos ante una versión joven y nueva que hace de sus intérpretes uno de los grandes conjuntos de la actualidad, y que muy bien puede competir de igual a igual con otras versiones de las consideradas históricas y de auténtica referencia. Es decir, estamos ante un logro a subrayar se mire como se mire.


 
NOTA: En el blog titulado El Pulso de la Bruma se pueden leer los anteriores artículos de Juan Antonio González Fuentes, clasificados tanto por temas (cine, sociedad, autores, artes, música y libros) como cronológicamente.