John Fowles: <i>El coleccionista</i> (Sexto Piso, 2012)

John Fowles: El coleccionista (Sexto Piso, 2012)

    TÍTULO
El coleccionista

    AUTOR
John Fowles

    EDITORIAL
Sexto Piso

    TRADUCCCION
Andrés Barba

    OTROS DATOS
ISBN: 978-84-15601-04-3. Barcelona, 2012. 292 páginas. 23 €



John Robert Fowles (1923-2005)

John Robert Fowles (1923-2005)

José G. Cordonié es escritor de novela, relatos y poesía (Facebook.com/José G. Cordonié)

José G. Cordonié es escritor de novela, relatos y poesía (Facebook.com/José G. Cordonié)


Reseñas de libros/Ficción
Los subterráneos laberintos de la mente: John Fowles y El coleccionista (Sexto Piso, 2012)
Por José G. Cordonié, jueves, 6 de septiembre de 2012
«Como caer desde el borde del mundo. Ahora, de pronto, hay un borde».

La mente del hombre es, y seguirá siendo, una de las mayores incógnitas del universo, de la vida en sí, del Todo más absoluto. La Historia nos ha demostrado como una mente puede ser prodigiosa o maldita, ingeniosa o infernal. Y dentro de esa mente del Hombre, sea cual sea la inteligencia o el carácter, se encuentra el comportamiento, donde entrar significa, de una manera u otra, penetrar por los subterráneos vericuetos de caminos imposibles y sinuosos. Aun lo es más, si la mente es una mente distinta a nuestra percepción de comportamiento habitual, normal, sensato. Es decir, aquel que se aleja de la media de lo que acostumbramos a tomar como hechos cotidianos y verosímiles, correctos y ordenados.

La novela El coleccionista, de John Fowles, trata en cierto sentido sobre la mente humana y sobre el comportamiento, enfrentando en una situación limite a dos personas que se encuentran en puntos tangencialmente diferentes, tanto en el modo de vida, como el pensamiento, la cultura o, y sobre todo, el concepto de vida y la construcción del Yo y su Realidad. Estos dos personajes, que se enfrentan en una historia de hiriente y violenta realidad tergiversada, son un carcelero y su prisionera, donde a pesar del poder y la fuerza que conlleva ser el carcelero, es sin duda el personaje débil de la trama, muy inferior a su cautiva, que resulta ágil de mente, soñadora, creativa y de carácter. Y si es así, es porque en El coleccionista, se retrata magistralmente el rasgo de tara psicológica del protagonista, el comportamiento perturbado y desenfocado de un psicópata que actúa y retiene a su prisionera por un sentimiento tan puro como es el amor, aunque en esta ocasión se presente también de manera obtusa, egoísta y maniática. Es la mente enferma de un hombre herido por la malquerencia, por la falta de voluntad en una vida que le somete y le atosiga hasta desmembrarle de la realidad, que trata de alterar a su manera para acomodarse y sentirse querido, o lo que es distinto, sentir que ama.

 

Es curioso ver como el escritor nos adentra en la mente humana, en los subterráneos laberintos del comportamiento, y no sólo lo hace en lo que se refiere a la conducta psicopática de Freddie, el carcelero, sino que también logra de manera muy efectiva mostrarnos los sentimientos, los pensamientos y los distintos estados de ánimo por los que va atravesando Miranda, la cautiva, a través de un nuevo acierto literario de Fowles en este libro, que es componer la segunda parte de la novela con las páginas del diario que escribe Miranda a escondidas en su encierro.

 

Pero John Fowles no se queda en presentar superficialmente el  retrato psicológico de los protagonistas, ni se conforma con mostrarnos la extraña y desacorde relación entre una mujer encerrada y su raptor, sino que llega a mucho más, y se sumerge a pulmón en la complejidad de la mente y de las relaciones afectivas, dejando pinceladas sueltas de personajes de fondo que sólo aparecen en las palabras y en el pensamiento, nunca en la acción directa.

 

El coleccionista es, a día de hoy, tras más de cinco décadas desde su primera publicación, un referente imprescindible de la mejor literatura de suspense, uno de los mejores representaciones de la conducta humana al límite y un retrato certero, a fin de cuentas, de la mente perturbada y, tristemente lúcida, de un psicópata.

 

Además, el lenguaje directo, sin censuras ni artificialidades, ofrece esa sensación de veracidad que acompañará al lector durante toda la obra, obligándole a preguntarse en más de una ocasión si verdaderamente esto no ocurrió, o si está ocurriendo. Y la verdad es que la respuesta es que sí y que no a la vez, porque a pesar de ser El coleccionista un libro de ficción, la historia que nos presenta es tan antigua y tan actual que, de una manera o de otra, con unos matices que la diferencien de otras historias reales, universales quizá, que se suceden desde el inicio de la Historia del Hombre, y que se resumen en ambición, codicia, deseo, mezcladas en la mente difusa del hombre en, simplemente, perturbación.

 

Para aquellos que tras la lectura de esta novela se queden con ganas de más, les recomiendo una vuelta atrás en el tiempo, al cine de suspense de los años 60, a la magnífica adaptación cinematográfica de este libro por William Wyler en 1965 (The Collector / El coleccionista), con Terence Stamp y Samantha Eggar impresionantes como únicos protagonistas de esta película, que obtuvo tres nominaciones a los premios Óscar y que fue premiada en el Festival de Cannes.




Escerna subtitulada en castellano de la película El coleccionista, del director William Wyler (vídeo colgado en YouTube por Postroyo)