Ivón Álvarez (foto de Jesús Martínez)

Ivón Álvarez (foto de Jesús Martínez)

    AUTORA
Ivón Álvarez Mestre

    LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO
La Habana (Cuba), 1967

    BREVE CURRICULUM
De nacionalidad cubanoespañola, a los 18 años se graduó en el instituto técnico de Finanzas de Kishinev, en Moldavia, y más adelante obtuvo el título de licenciada en Economía por la Universidad de La Habana. Ocupó puestos de trabajo relacionados con las finanzas y la contabilidad. En 2001 llegó a Barcelona gracias a una beca de estudios. En esta ciudad, y tras diversas vivencias personales, comenzó a experimentar una profunda transformación espiritual que cambió el rumbo de su vida




Opinión/Entrevista
Entrevista a Ivón Álvarez, autora de El mundo de Ananda
Por Jesús Martínez, jueves, 1 de julio de 2010
La mariposa Esfinge

“Hola, me llamo Lilia, tengo 12 años y ya estoy en primero de secundaria. He decidido escribir el diario de mis vacaciones…” El mundo de Ananda (Ediciones Carena, 2010) es un mundo de ilusiones de confeti y alegóricas fantasías. Selvas y gigantes anfitriones, sus personajes se codean con los portadores de los sueños, que descienden hasta lo más profundo de nuestro ser, cada noche. “Realmente no es un libro para niños, es un libro para cualquier edad, de 12 a 120 años”, apunta su autora Ivon Álvarez, alta, mañosa, con una voz romana y oscilante, ensortijada de oropeles, una cubana que reside en Barcelona, al lado de un parque que ella cree que es un bosque y que bien podría serlo.
Ivón Álvarez, el hada buena de los niños, sacó las alas para agitarse las gotas del rocío, en ese bosque en el que pasea a su perro Jack, “un chucho mestizo que rescaté de la perrera”. Esta mariposa Esfinge, con dos hijos criados en la intangibilidad (Olivia y Marcel), nació en 1967, en La Habana.

“Viví sola con mi mamá”, comienza a relatar su historia y la de su ascendencia (padre y madre economistas), moralina que ha ido puliendo con el paso de los años: “Practiqué el voleibol. Gané una beca y eso me permitió estudiar la diplomatura de Presupuesto Estatal, que me saqué en Moldavia, país que pertenecía a la URSS. Yo soy financista [de Finanzas]”, prosigue Ivón, con las alas plegadas como si llevara puesto el albornoz. “Ahora la URSS ya no existe, sólo queda Cuba, pero no quiero hablar del régimen cubano porque creo que sólo los cubanos que viven en Cuba pueden hablar de los deseos para su país. Si algo ha de cambiar —seguramente que sí—, lo han de sugerir ellos, como ocurrió en Suráfrica.”

Al volver a La Habana después de una permanencia incierta entre ortodoxos marxistas, Ivón trabajó en la Dirección Provincial de Finanzas de la ciudad, revisando balances y aplicando la metodología de sus estudios. “En las auditorías, yo miraba las historias que los números me contaban, le ponía cara a las cifras”, dilucida, adelantándose ya a su primera vocación, la de escribir. “Escribir es una de las experiencias más gratificantes de mi vida. Cuando sucede, apenas como, apenas duermo, escribo escribo escribo…” (Ahora está preparando, “en estado de gracia”, su próximo proyecto, del que sólo sabe el título: Faro de Luna, “pensado para las mujeres, sobre todo de nuestras latitudes”.)

En el 2001 volvió a coger el avión, y se vino a Barcelona con la intención de matricularse en el máster de gestión y planificación de destinos turísticos, del que aún ha de entregar el trabajo final de investigación.

Ivón, la mariposa Esfinge, el hada buena de los niños, lee El encanto de la vida simple, de Sarah Ban Breathnach, con este subtítulo terrenal: “Un consejo para cada día, un libro para toda la vida”. Se nota, porque se refugia en los lugares en los que corre el aire y cuyas vibraciones le hacen sentirse especial. “Este fin de semana voy a limpiar las ventanas de mi casa bien a fondo, porque quiero que entre la luz del verano y que llegue a todos los rincones”, desea, accionada por su voluntad y por su tesón circular, que funciona como la muela de un molino —gira y comprime y hace fuerza—. Siempre le ha gustado leer (“en séptimo grado hice una redacción sobre el Lazarillo de Tormes”) y siempre fue buena redactando aunque sólo fue hasta hace año y medio cuando se dio cuenta de que también podía escribir. ¿Qué ocurrió hace año y medio? ¿Cómo surgió la necesidad de escribir? ¿Cómo se convirtió en mariposa Esfinge? “Empecé mi viaje interior en diciembre del 2006”, inicia, y se sirve para adentrarse en su viaje interior de estas tres palabras: autoayuda, meditación y espíritu (sobre todo los libros de Wayne Dier y Deepack Chopra). “Cuanto peor me lo ponían (me cortaron la luz, el agua…), más creativa era y mejor me las ingeniaba. Sentía paz, y no perdí la alegría. Tenía que ver con la percepción, algo maravilloso”, hace memoria, acampada en los recuerdos de una semana que la pasó barruntando. “La idea del libro surgió para contar la alternativa a la desesperación, la depresión y la tristeza. Se trata de conectar con nuestro interior. La felicidad es un estado del alma, independientemente de todo lo exterior, es la belleza de lo cotidiano. ¿Necesitan los masai agua corriente? Tiene una vida simple, y cuando cae la noche, se reúnen, cantan y son felices.”

La mariposa Esfinge de patas perfectas y alas tintadas de azul subió las persianas y lanzó sus vibraciones al universo. En agosto del 2009 se encerró en casa para acordar consigo misma los términos de su futura vida, y se haría fuerte para poder cumplirlos a rajatabla: más reposo y menos estridencias. “Y al tercer día… me vino la inspiración”, declama, con el concepto canónico en el sanedrín de sus epístolas. “Al tercer día me vino el nombre: Ananda, que en sánscrito significa dicha.

El mundo de Ananda (Ediciones Carena) es un mundo para las personas de cualquier edad: “El libro está pensado en los más jóvenes, que son quienes están llamados a protagonizar el cambio. Nosotros estamos más condicionados por “el camino de espinas” que nos han enseñado. Siempre me ha gustado conversar con los niños, me divierte su ingenuidad. Con ellos, cada día descubro cosas. Hay que preguntar a los niños cómo les gustaría que fuera el mundo”.