Alfio Caruso: <i>El pianista siciliano</i> (Umbriel, 2009)

Alfio Caruso: El pianista siciliano (Umbriel, 2009)

    TÍTULO
El pianista siciliano

    AUTOR
Alfio Caruso

    EDITORIAL
Umbriel Editores

    TRADUCCCION
Meritxell Anton Maynadé

    OTROS DATOS
Barcelona, 2009. 512 páginas. 19 €



Alfio Caruso (Catania, Italia, 1950)

Alfio Caruso (Catania, Italia, 1950)


Reseñas de libros/Ficción
Alfio Caruso: El pianista siciliano (Umbriel, 2009)
Por Andrea Donofrio, martes, 5 de enero de 2010
El pianista siciliano de Alfio Caruso es algo más que la biografía de un pianista: se trata de una excelente novela, una recreación impresionante de la sociedad siciliana de los años veinte y de la Mafia norteamericana, cuya influencia resultó fundamental para el desarrollo de Estados Unidos como potencia mundial. No se trata sólo de una historia de gángsteres y mafiosos, sino de la entretenida vida de Willy Melodia, de las aventuras de un melancólico inmigrante que, casi sin darse cuenta, nos relata la gran historia del siglo XX. Todos los grandes acontecimientos, desde los años veinte de la pasada centuria hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, representan el marco espacio-temporal en el que se desarrollan los sucesos protagonizados por el pianista.
En sus páginas están presentes los sabores, los olores y las sensaciones típicas de la época. Pero, al mismo tiempo, Alfio Caruso relata la historia de la Mafia norteamericana, sus relaciones con el poder político (los extraños pactos entre el crimen organizado y el gobierno), ofreciendo una detallada descripción de Chicago, Manhattan y de los bajos fondos de Nueva York. La mafia, recreada con detalle y fascinación, representa el fondo en el cual se proyecta la vida del protagonista y de los miles de inmigrantes italianos que llegaron a la tierra de la oportunidad en los años cuarenta, pensando encontrar “el paraíso” para terminar desarrollando actividades ilegales. Pero, al mismo tiempo, se trata de una historia que a su vez contiene muchas historias, proporcionando una lección sobre la historia del Jazz, de las modas del momento, de la sociedad italiana y de la estadounidense de entreguerras.

Con un tono nostálgico, melancólico y un estilo simple y evocador, Caruso relata una historia vital, bella y apasionada (en algunos momentos, irónica y sarcástica): Guglielmo Melodia crece en la miseria de Catania, al este de Sicilia. Nacido en una pobre familia, Guglielmo descubre poseer un talento fuera de lo habitual: es capaz de tocar cualquier melodía simplemente después de haberla escuchada una vez. Así, con sólo 8 años abandona la escuela y empieza a ganarse la vida (mejor dicho un plato de pasta) tocando para el Sacristán de la Iglesia del Crucifijo de la buena Muerte. Desde este momento, su supervivencia en la pobre isla se debe a esta gran habilidad musical, su don de reproducir al piano cualquier melodía escuchada. Sus dedos se deslizan rápidamente sobre las teclas del órgano. Empieza a tocar en las fiestas de la ciudad, hasta que un “amigo” de su padre le consigue varios trabajillos en la isla (en un salón cinematográfico, en el burdel local, en un pequeño hotel). Sin embargo, un día participa involuntariamente en el asesinato del jefe rival de un mafioso, evento que le obligará a irse a Estados Unidos, huyendo de su querida Catania. En los Estates, Guglielmo, ahora Willy, se pondrá a las órdenes de la Mafia norteamericana. Tocará en bares y locales de moda, en los hoteles y en los restaurantes de prestigio, convirtiéndose en pianista de cabecera y, al mismo tiempo, confidente de los principales jefes de “Cosa Nostra”. Willy tocará durante las partidas de póquer de los mafiosos o en las orgías organizadas para complacer a políticos e industriales estadounidenses. Hasta su retorno a Sicilia, desde donde nos cuenta su historia, el protagonista vivirá muchas aventuras sentimentales y de mafia. Su regreso a Italia pasará por Cuba donde se puede apreciar la descripción del aeropuerto de La Habana: “era como un enorme sala de espera de un prostíbulo. Las mismas mujeres paseándose, la misma atmósfera de suspense, las mismas charlas fútiles, la misma afectación”.

Caruso nos explica cómo fue la política norteamericana de aquellos años, el pacto realizado entre el Gobierno y la Mafia durante la Segunda Guerra Mundial

Maravillosa resulta la reconstrucción de la Catania de principios de siglo: en las primeras páginas, el autor nos traslada una atmósfera recreada con maestría y detalles, relatando la realidad, la pobreza y los bajos fondos de Sicilia. En otras páginas, Caruso nos relata la realidad norteamericana, mostrando su habilidad de narrador consiguiendo, una vez más, una recreación sorprendente. Los encuentros entre los clanes de las diferentes facciones mafiosas suceden entre ritmos y músicas de aquellos tiempos; su sucederse está acompañado por las canciones de entonces, con el resultado final de relatar una historia de la música swing y jazz de la primera mitad del siglo XX.

Caruso nos explica cómo fue la política norteamericana de aquellos años, el pacto realizado entre el Gobierno y la Mafia durante la Segunda Guerra Mundial. La organización criminal siciliana se dedicaba al negocio de las máquinas tragaperras, de la prostitución y del tráfico de droga, pactando con la policía local y los políticos nacionales. Al mismo tiempo, mostraba su desinterés por el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial o por su entrada directa en el mundo político norteamericano (“Don Costello: aquí no hacemos política. La única política permitida es ésta-. Se frotó el pulgar y el índice para referirse al dinero”).

La mafia representa una temática de gran interés y, frecuentemente, los libros sobre el tema resultan atractivos y entretenidos. Hoy en día, constituye un género abundante y la mayoría de los lectores (y escritores) se acercan al tema por el interés mediático que ha generado el fenómeno para la industria del entretenimiento. Las representaciones de Hollywood, los libros sobre la materia han creado un “extraño” proselitismo, una especie de propaganda de la asociación criminal y una fascinación equivocada. Muchos escritores se han servido del tema sin darse cuenta de propagar subconscientemente sus mitos; la literatura y el cine han acrecentado su leyenda. Sin embargo, no hay que olvidar que se trata de un fenómeno negativo, criminal e ilegal, que conlleva sangre y muerte.

Conocer a la mafia resulta fundamental para entender el desarrollo de los EEUU de entreguerras y, sobre todo, la historia de la Italia moderna (no es casualidad que las mafias hayan nacido en coincidencia con el surgimiento del Estado moderno italiano)

Por eso, El pianista siciliano puede definirse como una historia de Mafia “atípica”, ya que se trata de su historia contada y vivida por un protagonista poco convencional e involucrado en el asunto. No se trata de un libro sobre la Mafia al estilo de El Padrino de Mario Puzo (ápice en esta materia) o de uno de sus epígonos: la organización criminal siciliana, exportada a los Estados Unidos, y su natural fascinación (literaria y no sólo) representa el fondo, accesorio y necesario, de la vida del protagonista. Sus reflexiones, su amargura, su nostalgia por la Sicilia, sus amores (y relativos fracasos) se conectan con los cambios jerárquicos y la lucha por el poder dentro de la organización criminal italiana. Por eso, terminada la lectura de libros sobre este tema, se necesita separar la ficción de la realidad, la fascinación del rechazo, la seducción de la desaprobación.

Conocer a la mafia resulta fundamental para entender el desarrollo de los EEUU de entreguerras y, sobre todo, la historia de la Italia moderna (no es casualidad que las mafias hayan nacido en coincidencia con el surgimiento del Estado moderno italiano). Los vínculos estrechos con Estados Unidos, donde el modelo siciliano llegó a prosperar, han hecho que la mafia se convirtiese en la organización criminal por antonomasia, tanto que, a veces, el término se usa impropiamente para referirse a otras asociaciones criminales del sur de Italia.

El autor combina con excelente maestría la ficción con la realidad, introduciendo figuras existentes y eventos históricos reales, creando una apasionada trama y una novela “adictiva”. Al concluirla, el lector creerá imposible que todo esto haya sido inventado: se quedará con la impresión de que Willy Melodia sea un personaje que haya existido y que sus aventuras, sus desencuentros con los jefes de la Mafia (Don Siegel, Lucky Luciano, Frank Costello, Joe Bonanno, Vito Genovese) y con personajes reales (la audición al joven Sinatra –un chiquito de ojos azules y fuera de este universo-, la música de Louis Armstrong, de Woodie Guthrie y Billie Holiday) sean verídicos y no el producto de la fantasía de Caruso. Mientras tanto, Willy Melodia compone la banda sonora de la Mafia.