Mateo Garrone: Gomora (2008)

Mateo Garrone: Gomora (2008)

    GÉNERO
Cine

    TEMA
Crítica de Gomorra, película dirigida por Matteo Garrone (por Eva Pereiro López)

    PREMIOS
Grang Prix Cannes 2008

    OTROS DATOS
País: Italia. Año: 2008. Duración: 135 minutos. Género: Drama. Interpretación: Toni Servillo (Franco), Gianfelice Imparato (Don Ciro), Maria Nazionale (Maria), Salvatore Cantalupo (Pasquale). Guión: Maurizio Braucci, Ugo Chiti, Gianni Di Gregorio, Matteo Garrone, Massimo Gaudioso y Roberto Saviano; basado en la novela Gomorra de Roberto Saviano. Fotografía: Marco Onorato. Montaje: Marco Spoletini
















Magazine/Cine y otras artes
Crítica de Gomorra, película dirigida por Matteo Garrone
Por Eva Pereiro López, lunes, 1 de diciembre de 2008
Gomorra de Matteo Garrone está constituida por cinco historias independientes que trascurren principalmente en suelo napolitano. Describe una realidad aparentemente inverosímil, una realidad que supera ampliamente la ficción. No se centra en una figura todopoderosa, un padrino que podría crear fascinación a su alrededor además de temor. No, se trata del malvivir cotidiano en una gran zona gris dónde lo legal e ilegal se confunden en un estado paralelo putrefacto que se sustenta de pobreza, desempleo e ignorancia. Gomorra no nos regala ningún paisaje romántico de la bahía de Nápoles ni del Vesubio. Empieza y termina con la muerte.
Gomorra

Matteo Garrone, con una cámara neorrealista, nos enseña una cara en el rictus de un último espasmo, o el miedo atroz cuando una bala se dispara cerca. Porque las balas son reales y no hay maquillaje. Gomorra es la guerra de clanes enfrentados, la venta de drogas en las calles de Secondigliano, un barrio del extrarradio, dónde los niños son reclutados a temprana edad para avistar a los carabinieri alarmantemente inexistentes, de Don Ciro (Gianfelice Imparato) --el correo-- encargado de llevar las pensiones a las viudas, a los jubilados o a los familiares de los camorristas en la cárcel, y un largo etcétera de un submundo tan peligroso como Irak en la actualidad.

No parece posible pero lo es. El Sistema, o la Camorra como lo llaman periodistas y policía, es un estado paralelo sin salida visible, cuya existencia todo el mundo conoce y muchos aprovechan sin que ello les quite el sueño. Por falta de alternativa a menudo o porque económicamente sale más rentable. En los últimos treinta años ha habido 4.000 asesinatos, se mueve medio millón de euros al día y parte de los beneficios se han invertido, por ejemplo, en la futura construcción del complejo que sustituirá a las Torres Gemelas.

Franco (Toni Servillo), un hombre de negocios, impecablemente vestido, va acompañado de Roberto (Carmine Paternostre), un joven con estudios que parece serio y honesto. Ambos se ocupan de la división dedicada a los residuos tóxicos. La industria del rico norte ahorra en costes medio ambientales de manera más o menos limpia encargando la desaparición de sus detritus a la Camorra, cuya flota de camiones transporta la mercancía hasta los campos de la Campania y del Casertano. Totó (Salvatore Abruzzese) tan sólo tiene 12 años y acaba de hacerse un hombre al perpetrar una emboscada a una joven viuda, sospechosa de traición, que cae abatida por las balas. Marco (Marco Macor) y Piselli (Ciro Petrone) son dos jóvenes descerebrados, obsesionados por la imagen romántica de la mafia que el cine transmite y por abrirse su propio camino hacia el poder y la riqueza. Creen ser más listos que nadie, invencibles, y se atreven a robar armas al Sistema hasta que éste, de un perezoso zarpazo, los liquida en una playa. Y queda Pasquale (Salvatore Cantalupo), el maestro, un sastre de la industria textil de Tersigno, lugar en el que se fabrica en negro por unos pocos cientos de euros buena parte de la moda italiana que se vende en las tiendas de lujo. Todos malviven aferrándose a la idea de que algún día irán trepando puestos.

No hay concesiones, sólo realidad. Gomorra es una instantánea brutal, violenta, de un infierno cotidiano que no parece importarle a nadie excepto a Roberto Saviano, que lo denunció hace dos años en su libro homónimo cuyo molesto éxito ha traspasado fronteras con las consecuencias por todos conocidas. Noquea al espectador y merecidamente fue premiada con el Grand Prix en Cannes 2008.

Cuando Roberto finalmente cae en la cuenta del veneno que está sembrando a su alrededor y decide darle la espalda a Franco, éste le grita con altanería “¡Vete a hacer pizzas y no creas que eres mejor que yo!”. ¿Acaso hay esperanza?



Tráiler de Gomorra, película de Matteo Carrone (vídeo colgado en YouTube por keane43)