Federido Jiménez Losantos: La ciudad que fue. Barcelona, años 70 (Temas de Hoy, 2007)

Federido Jiménez Losantos: La ciudad que fue. Barcelona, años 70 (Temas de Hoy, 2007)

    TÍTULO
La ciudad que fue. Barcelona, años 70

    AUTOR
Federico Jiménez Losantos

    EDITORIAL
Temas de Hoy

    GÉNERO
Memorias

    OTROS DATOS
Madrid, 2007. 500 páginas. 23,50 €



Federico Jiménez Losantos

Federico Jiménez Losantos


Reseñas de libros/No ficción
Federico Jiménez Losantos: La ciudad que fue. Barcelona, años 70 (Temas de Hoy, 2007)
Por Juan Antonio González Fuentes, martes, 8 de enero de 2008
Le pese a quien le pese, y es más que evidente que a muchos bien que les pesa, la más reciente historia del periodismo y los medios de comunicación en España está señalada por el éxito de la cadena radiofónica dependiente de la Conferencia Episcopal (la COPE) y el de algunas de sus controvertidas “estrellas”, más concretamente César Vidal y Federico Jiménez Losantos.

Estos dos comunicadores, con formaciones intelectuales brillantes y ajenas en ambos casos al periodismo, se han convertido de un tiempo a esta parte en referentes ineludibles en la difusión masiva de opiniones e ideas contrarias y enfrentadas a las del llamado “progresismo” encarnado por los gobiernos presididos hasta la fecha por Rodríguez Zapatero. Tanto Vidal como Jiménez Losantos, desde sus tribunas escritas en diarios y medios electrónicos (La Razón, El Mundo, Libertad Digital), como desde sus respectivos programas radiofónicos (La Linterna y La mañana), han logrado establecer sin complejos un eficaz y muy seguido por el público instrumento de difusión de opiniones “conservadoras y liberales” que es azote diario de la política global llevado a cabo por el PSOE desde hace años.

Pero además de la carga ingente de trabajo que supone la tarea emprendida y aquí referida en tan sólo unas pocas líneas, lo que sorprende aún más de estos dos “fenómenos mediáticos” es que ambos, insisto, además de su trabajo ya referido, publican con bastante asiduidad libros de género variopinto y más que notable cantidad de páginas, haciendo de su capacidad de trabajo un “milagro permanente” que, en el caso de César Vidal (con años como el 2005 con 17 títulos con su nombre), entran de lleno en lo inverosímil. En este sentido, el caso de Jiménez Losantos es infinitamente más creíble, proporcionándonos las enciclopedias electrónicas al uso un número de libros con su firma mucho más comedido: catorce entre 1979 y 2007, no pasando nunca de dos libros por año, cifra que, para los que alguna vez hemos publicado un libro, así todo es casi “homérica”.

Losantos abandona la frágil seguridad de su Aragón natal para sumergirse con todas las consecuencias en las agua procelosas de una Barcelona que entonces era una especie de territorio aparte dentro de la grisura o negrura de una España que vivía los estertores de un dictador con cuarenta años ejerciendo el poder omnímodo a cuestas

Federico Jiménez Losantos, además, no ofrece una producción intelectual de temática variadísima, y salvo un libro de versos (Poesía perdida, 1969-1999, Pre-Textos, 2001), el resto de su producción aborda casi siempre la actualidad política española de las últimas décadas y alguna que otra aproximación a la historia contemporánea española, siempre desde un perfil no académico o de “historiador profesional”, sino desde una visión periodística (en el mejor sentido de la palabra) del asunto tratado.

El último libro de Jiménez Losantos, La ciudad que fue: Barcelona, años 70 (Temas de Hoy, Madrid, 2007), es hasta ahora el único de los suyos que he leído, aunque recordaba con buena nota alguno de sus estudios o prólogos largos a trabajos de Manuel Azaña que pude leer hace muchos años en libros de bolsillo editados por Alianza Editorial, aunque admito que puedo equivocarme ahora de sello.

Soy un lector compulsivo desde hace tiempo de biografías, memorias y autobiografías, quizá porque encuentro en este particular género una mezcla satisfactoria que calma mi sed de literatura, historia, crónica personal, cuentos familiares y chismorreo más o menos sabroso. Por eso no me resistí mucho tiempo a hacerme con un ejemplar del libro de Jiménez Losantos cuando en algún periódico leí que se trataba de sus memorias de juventud en la Barcelona de los años 70 del siglo pasado.

Estamos simplemente ante la crónica de una juventud vivida con intensidad, con pasión y con portentosas ganas de ser y de estar en unas circunstancias muy determinadas de la reciente historia de España

En mi librería de cabecera compré un ejemplar de este libro magníficamente editado y profusamente ilustrado, y ni corto ni perezoso me dispuse a leerlo con la mente abierta y sin muchos más prejuicios de los necesarios. Comenzaré diciendo que lo leí de un tirón, casi sin darme un respiro y que, como bien puede intuirse por estas palabras, me “enganchó” desde un principio sin decepción alguna. En efecto, las páginas cuentan la vida del joven Jiménez Losantos desde que llega a Barcelona para terminar su carrera de Filología Española en 1971, hasta que “huye” de la ciudad diez años después tras ser víctima del terrorismo nacionalista catalán.

A lo largo de ese periodo temporal, una década con mucho de prodigiosa, el autor narra de forma muy amena y sin grandes dosis de autocomplacencia dos historias paralelas que en muchos momentos se tocan: la suya personal y la del escenario en el que él se desenvolvía, es decir, la Barcelona aún exenta en gran medida de los modos y maneras, de los usos y costumbres de un nacionalismo catalán que poco a poco lo iba fagocitando todo y a todos.

En cuanto a la historia personal del propio Jiménez Losantos hay que decir que son diez años decisivos con mucho, muchísimo probablemente, de viaje iniciático y de formación intelectual y sentimental. Estaríamos ante diez años cuyo transcurrir tiene mucho que ver con el del joven Jim Hawkins en La isla del tesoro de Stevenson. Losantos abandona la frágil seguridad de su Aragón natal para sumergirse con todas las consecuencias en las agua procelosas de una Barcelona que entonces era una especie de territorio aparte dentro de la grisura o negrura de una España que vivía los estertores de un dictador con cuarenta años ejerciendo el poder omnímodo a cuestas.

Este libro narra también la historia de una ciudad ciudad cosmopolita, libertaria e inquieta, que ha visto sucumbir ese espíritu bajo los zapatazos tontos y casposos de un nacionalismo imperante que no ha parado hasta ver convertida la capital de Cataluña en un poblachón alicorto y cabizbajo, acomplejado y provincianamente cantado, vestido y decorado

A lo largo de esos diez años Jiménez Losantos acaba la carrera en la universidad; escribe y publica sus primeros trabajos; da sus primeras conferencias; realiza sus primeros viajes fuera del país; se inicia seriamente en la actividad política desde posturas de izquierda radical; funda influyentes revistas; participa en la formación de Trama, uno de los grupos artísticos más importantes de las últimas décadas en España; va al cine, lee ingentes cantidades de libros, escucha música; vive en pareja; conoce a muchos de los protagonistas de la más reciente historia española en el mundo de la creación y la política; se convierte en uno de los primeros intelectuales españoles en enfrentarse con armas y bagajes al nacionalismo catalán y sus ideas; conoce la popularidad y la persecución política; colabora en el periódico más importante entonces en España, El País..., y para poner punto y final a esta sucesión de acontecimientos que aún podría prolongarse bastante más, sufre un vejatorio y cobarde atentado terrorista a manos de unos pistoleros del nacionalismo radical catalán, es decir, Terra Lliure.

Insisto, este libro cuenta con amenidad y ausencia de gris academicismo la historia de un viaje iniciático, de unas amistades y relaciones personales intensas, de una evolución sentimental, intelectual e ideológica, que llevó a Jiménez Losantos, al igual que al protagonista de La isla del tesoro, Jim, a embarcase con miembros de una reducida tripulación (Broto, Cardín, Rubio, Mesquida, Alcrudo...), en una nave con la que ir en busca de un posible tesoro, tendiendo que convivir y enfrentarse a piratas de todo tipo y pelo, tormentas, animales monstruosos, arrecifes escondidos... Es decir, estamos simplemente ante la crónica de una juventud vivida con intensidad, con pasión y con portentosas ganas de ser y de estar en unas circunstancias muy determinadas de la reciente historia de España.

Pero ya hemos dicho que este libro narra también la historia de una ciudad, de Barcelona en los años 70 del siglo pasado, una Barcelona que, como tan bien ha explicado desde otro punto de vista José Ribás en su también magnífico libro Los 70 a destajo (RBA, 2007), fue una ciudad milagrosa durante aquel tiempo, una ciudad cosmopolita, libertaria e inquieta, que ha visto sucumbir ese espíritu bajo los zapatazos tontos y casposos de un nacionalismo imperante que no ha parado hasta ver convertida la capital de Cataluña en un poblachón alicorto y cabizbajo, acomplejado y provincianamente cantado, vestido y decorado.

La ciudad que fue: Barcelona, años 70, es un entretenidísimo y exigente libro llamado a ser a partir de ahora imprescindible para cualquier acercamiento a historia de España de antes de la Transición, y sus páginas muestran y demuestran dos cosas quizá por encima de otras cuestiones: primera, que Jiménez Losantos puede ser cualquier cosa menos un pobre tonto indocumentado, ignorante y sin experiencia política, cultural e intelectual de verdadero calado; y segunda, que Barcelona está hoy a años de luz de ser y significar lo que no hace mucho tiempo era y significaba para el resto de España y para Europa. ¿Explicaciones?, a Pujol & co, of course.