Prairie Wind

Prairie Wind

    GÉNERO
MÚSICA

    TEMA
Crítica de Prairie wind, último CD de Neil Young (por Marion Cassabalian)

    OTROS DATOS
Lanzamiento: 27 de septiembre de 2005.
Discográfica: Reprise records, Warner Music Group.
Producción: Neil Young y Ben Keith.
Dirección: Elliot Roberts.
Artistas invitados: Emmylou Harris.
Director de arte y diseño: Gary Burden y Jenice Heo.













Magazine/Música
Leyenda viva
Por Marion Cassabalian, miércoles, 2 de noviembre de 2005
Neil Young es uno de los artistas más importantes, prolíficos e imprevisibles de la música de las últimas cuatro décadas, extraordinario tanto en su faceta más sensible y acústica, como en su ferocidad eléctrica ilustrada por su aguda y distorsionada guitarra. Por sus notas han transitado momentos de rock, pop, folk, country, soul, blues e incluso electrónicos. Su último disco, Prairie wind, es un buen reflejo de los trabajos de su mejor época, pero decepcionante ya que no aporta nada nuevo a su carrera.
Neil Young nació el 12 de noviembre de 1945 en Toronto (Canadá). Creció bajo la influencia melómana de su familia y aprendió a tocar la guitarra desde su temprana adolescencia. Su primer grupo se llamaba Neil Young and the Squires e interpretaba covers de los Beatles y de Elvis. Luego, tocó con The Mynah Birds donde conoció a Stephen Stills, con el que se volvería a encontrar varias veces a lo largo de su carrera. En el 1966 y en la soleada costa californiana, Young formó Buffalo Springfield y nacieron tres fabulosos discos mezclando por primera vez en la historia de la música el folk, el rock y el country. Young compuso verdaderas joyas como Burned, Expecting to fly o Out of my mind. Pero los conflictos internos provocaron la ruptura de este gran grupo y el arranque de la carrera en solitario de Young, con su primer disco Neil Young (1969), una verdadera maravilla con claro predominio pop y baladas intemporales. Tras este enorme álbum, Young continuó con extraordinarios trabajos como Everybody knows this is nowhere (1969), álbum en el que colaboró con el grupo Crazy Horse. Antes de grabar su tercer álbum, After the gold rush en 1970, Young colaboró con Crosby, Stills & Nash y dejo una huella indeleble con sus famosos temas “Helpless” y “Ohio”, en contra de la guerra de Vietnam. (En su tercer álbum, el combativo Neil atacó al racismo imperante en el sur de los Estados Unidos con el tema “Southern Man”, lo que provocó la respuesta de los Lynyrd Skynyrd con “Sweet home Alabama”.)

En 1972, Young gravó su mayor triunfo comercial, Harvest, un estupendo trabajo que combinaba una vez más el pop, el country y el folk. El disco llegó al número uno en las listas, al igual que su memorable sencillo “Heart of gold”. La comercialidad -que nunca le gustó mucho a Young- se acabó con su siguiente disco, el poco satisfactorio Journey through the past (1972). Tras el directo Time fades away en 1973, Neil Young volvió a sorprender con tres increíbles álbumes marcados por la tristeza y una crudeza musical derivada, en parte, por la muerte del guitarrista de los Crazy Horse, Danny Whitten. On the beach (1974), Tonight is the night (1975) y Zuma (1975), son otras tantas referencias básicas en la carrera de este artista.
En Prairie Wind Young retoma básicamente sonidos que hizo propios en Harvest moon y otros discos de pautas parecidas, con melodías, tempos, tonos y claves instrumentales country-folk con apuntes blues, soul y gospel

En final de la década, trajo buenos discos como American stars’n’bars (1977), recopilatorios imprescindibles como Decade (1977), obras casi perfectas como el country-rock Comes a time (1978) y el impresionante Rust never sleeps (1979) con una cara de corte acústico y la otra eléctrica culminada con la absorbente “Hey hey, my my (into the black)”. Los años 80 fueron los peores en la carrera musical de Young (que regresó con CS&N en el mediocre American dream). Tras el estimable Hawks & doves (1981) y el flojo Re-ac-tor (1982), experimentó con un nuevo sello, Geffen, y la electrónica en discos prescindibles como Trans (1983), Everybody’s rocking (1983) o Landing on water (1986). Los mejores discos de esta época fueron de lejos Life (1987) y Old ways (1985).

Sus disputas con Geffen lo llevaron a retomar a Reprise en 1988. El retorno fue feliz ya que This note’s for you es un respetable trabajo de blues y soul. Freedom (1989) mostró a un cada vez más recuperado Neil Young que alcanzará su resurrección plena con el soberbio Ragged glory (1990) y el espléndido y muy aplaudido Harvest moon (1992), además de buenos álbumes como Sleeps with angels (1993) y Mirror balls (1994).

Grandes directos como Weld (1991) y Unplugged (1993) junto a otros discos menores como Lucky Thirteen (1993), Dead man (1996), Broken arrow (1996), Year of the horse (1997), Silver and gold (2000) o la reciente colaboración con CS&N titulada Looking forward (1999), son algunos de los últimos trabajos de esta auténtica leyenda viva del rock. En 2002 publicó Are you passionate, con tendencias soul, y en 2003 el conceptual Greendale. A comienzos de 2005 y tras publicar un Greatest hits en 2004, Young fue víctima de un aneurisma cerebral. Después de ser operado satisfactoriamente, Neil se trasladó a Nashville para gravar su último trabajo: Prairie wind, con la colaboración de Spooner Oldham y Ben Keith.

En este último disco, Young retoma básicamente sonidos que hizo propios en Harvest moon y otros discos de pautas parecidas, con melodías, tempos, tonos y claves instrumentales country-folk con apuntes blues, soul y gospel. Algunas de las mejores piezas de este disco son “No wonder” y “He was the king”, esta última dedicada a Elvis. Otro tema destacable es el primero de este disco, “The painter”, cálido y melódico, con la pedal steel de Ben Keith.

Siempre presentes en los trabajos de Young, las baladas emotivas también tienen su lugar en Prairie wind: “Falling off the face of the earth”, dedicada (se supone) a su padre, en la que Neil canta con alta sensibilidad en falsete, la lírica “It’s a dream”, o la romántica “Here for you” con el armónica como principal protagonista.

A pesar de estar lejos de sus mejores momentos, Prairie wind es un álbum de bellas canciones y este tan querido sonido de guitarra agudo y rockero que nos sumerge de nuevo en los años setenta, los mejores años para la creatividad musical.