GÉNERO
CINE

    TEMA
Crítica de Diarios de motocicleta del director Walter Salles (por Marion Cassabalian)

    OTROS DATOS
Países: Argentina, Brasil, Chile, Perú y USA.
Año: 2004.
Reparto: Gael García Bernal, Rodrigo de la Serna, Mía Maestro, Mercedes Morán, Susana Lanteri, Jean-Pierre Noher.
Guión: José Rivera, basado en el libro Notas de viaje de Ernesto "Che" Guevara y en el libro Con el Che por Sudamérica de Alberto Granado.
Producción: Michael Nozik, Edgard Tenembaum y Karen Tenkhoff.
Música: Gustavo Santaolalla.





































Magazine/Cine y otras artes
Una lección de humanidad
Por Marion Cassabalian, lunes, 29 de noviembre de 2004
Mientras llegan de Cuba noticias cada vez más preocupantes, el director brasileño Walter Salles propone el desafío de narrar la historia del hombre que hizo de esta isla un mito. Diarios de motocicleta, basada en el propio diario del Che Guevara, es una gran proeza que cuenta la historia del joven Ernesto y sus deseos de conocer el mundo -escenario de todas las injusticias originadas por nuestras sociedades-, sin nunca caer en la caricatura. Esta película es una lección de humanidad.
En 1952, dos jóvenes argentinos, Ernesto Guevera y Alberto Granada, emprenden un viaje para descubrir el continente que les rodea. Ernesto (Gael García Bernal) es un joven estudiante de medicina, extremadamente brillante y sensible, y especializado especialista en el tratamiento de la enfermedad de la lepra. En 1952, sólo tiene 23 años. Detrás suyo deja una familia numerosa y bastante acomodada en la Argentina de la época. Alberto (el entrañable Rodrigo de la Serna) es un bioquímico de 29 años y compañero inseparable de Ernesto. Encaramados en una desvencijada motocicleta Norton de 500 cc., del año 1939, empiezan el viaje.

El mayor logro de Walter Salles es presentarnos a un Gael García Bernal de pelo corto, sencillo y virgen de experiencias e ideologia. Nada de barbita y pelo largo, nada de gorra estrellada, nada de discursos anti-capitalistas; Ernesto Guevara todavía es un adolescente que descubre el mundo y la vida. Uno se olvida, viendo a estos dos jóvenes viajando por las carreteras argentinas, que el más débil de los dos se convertirá en el revolucionario más famoso de la historia, y más querido de su pueblo de origen y de adopción.

Diarios de motocicleta es una película sobre un viaje iniciático, en el que un adolescente se enfrenta por primera vez a la realidad que lo rodea. Es una toma de conciencia de las desigualdades, de la pobreza y de las injusticias que pueblan este mundo; pero también es el descubrimiento de que existen armas para luchar en contra. La principal: la medicina, esta misma ciencia que le salva la vida al joven Ernesto cada vez que le da una de sus terribles crisis de asma. La medicina, la que permite salvar vidas. Pero la enfermedad no sólo está hecha de virus y el joven Guevara se da cuenta, poco a poco, que los males de la sociedad están alimentados por los propios hombres, definitivamente egoístas, incluidos médicos y monjas.
El Che es hoy en día un mito para varias generaciones que ven en él el ejemplo de la lucha por la dignidad y los derechos humanos de los más desfavorecidos

Una de las escenas clave de la película ocurre en una colonia de leprosos en el corazón de la selva amazónica peruana, donde los dos viajeros inician su carrera de médicos. Los enfermos están recluidos en una isla, alejados del mundo exterior y de la realidad. La imagen del joven Ernesto tirándose al agua para alcanzarlos nadando y compartir con ellos su realidad es un perfecto resumen de la filosofía del revolucionario. En este instante, el espectador se acuerda que estamos hablando del Che. Unos instantes antes de saltar al lago, Ernesto Guevara pronuncia su primer discurso público en la fiesta organizada para su cumpleaños en el hospital. El contenido de éste no es tan revelador como la expresión que se dibuja sobre la cara de Alberto, que comprende que a partir de ahora nada será como antes. La cámara enfocando este rostro en el lugar de darle el protagonismo a Ernesto, es un ejemplo perfecto de la esencia y del arte de esta película.

Además de la espectacular fotografía, de la música y de la belleza de los paisajes argentinos, chilenos y, por fin, peruanos, el director de Diarios de motocicleta narra una historia de amistad preciosa y fuera de lo común. Rodrigo de la Serna (Nueces para el amor, El mismo amor, la misma lluvia) nos da una lección de ternura y sensibilidad, además de humor argentino, tan picante e irónico como siempre. El actor Gael García Bernal (Y tu mamá también, Amores perros, La mala educación, etc.) encarna a la perfección al joven sensible y curioso, y transmite una gran dosis de dulzura en un entorno salvaje. Hasta las ruinas del Machu Pichu, mil veces vistas en películas y revistas, aparecen increiblemente majestuosas, como si pudieran ser todavía más mágicas por el simple hecho de verlas a través de los ojos del Che Guevara.

El Che es hoy en día un mito para varias generaciones que ven en él el ejemplo de la lucha por la dignidad y los derechos humanos de los más desfavorecidos. No sólo luchó en Cuba, sino que extendió su combate a otros países del continente latinoamericano hasta alcanzar África. Pero es sin duda en la isla donde mejor se puede valorar su labor : aunque estén azotados por la pobreza fruto de un embargo que corta al pueblo del mundo hace 40 años, y de una total ausencia de libertad de expresión por antojo de un líder omnipresente, los cubanos heredaron sin embargo de la revolución de 1959, la cultura, la educación, la salud, la solidaridad y la generosidad que siempre caracterizaron al joven Ernesto.